Mari Carmen las nubes son blancas, las nubes son negras, y grises, y cuando el sol saca su paleta de pintor, al atardecer, incluso rosa, y amarillas. Algunas caoba. Y por la noche, con luna al fondo, plata lorquiana.
Pero todo esto es pura apariencia. Todo esto es sólo la vibración de la luz ante nuestros ojos. En realidad las nubes son un engaño. Son agua travestida, agua de vacaciones, agua ensayando el nirvana.
Lo sé porque en mi alacena yo tengo algunas nubes enlatadas. Sí, nubes del ayer, de Persia, de una niña abandonada que llora en medio de una plaza de arena que el viento levanta, nube de ojo de elefante, nube sombrero, nube de estrellas...
De vez en cuando abro una lata y me la voy tomando, siempre muy lentamente, que el cielo es así, lo excelso. Y eso se da poco.
Un beso.
Pero todo esto es pura apariencia. Todo esto es sólo la vibración de la luz ante nuestros ojos. En realidad las nubes son un engaño. Son agua travestida, agua de vacaciones, agua ensayando el nirvana.
Lo sé porque en mi alacena yo tengo algunas nubes enlatadas. Sí, nubes del ayer, de Persia, de una niña abandonada que llora en medio de una plaza de arena que el viento levanta, nube de ojo de elefante, nube sombrero, nube de estrellas...
De vez en cuando abro una lata y me la voy tomando, siempre muy lentamente, que el cielo es así, lo excelso. Y eso se da poco.
Un beso.
- -Cierra los ojos. ¿De que color son las nubes?
ResponderEliminar- Blancas.
- Abre los ojos. ¿De qué color son las nubes?
- ( ......... )
-Las nubes tiene el color de la mirada y el corazón.
Me gustan tus nubes y tu forma de guardarlas para que no pierdan la esencia. Continua disfrutando de ellas mientras llenas tu alacena.
Un fuerte abrazo.
Nunca hubiera definido Santiago así las nubes. Emocionante alacena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Santiago,
ResponderEliminarNunca se me habría ocurrido que las nubes se pudieran enlatar. ¿Son acaso los recuerdos?
Quizás los libros también sean recipientes donde la gente guarda sus nubes para que uno las consuma en perfecto estado y, en ocasiones, se identifique.
Un abrazo.
Santiago, gracias por tener las nubes enlatadas. Eso nos ha permitido viajar a tu tierra extremeña con garantía de buen tiempo, a pesar de que nos han contado que hacía años que no había llovido tanto a lo largo del invierno. Esto ha hecho que las dehesas tengan una belleza especial para las fechas de verano en qué nos encontramos.
ResponderEliminarUn abrazo