martes, 25 de mayo de 2010
etc.
Crédito de la imagen
Etcétera es uno de los mayores avances de la humanidad, un invento comparable a la rueda. Si no fuera por etcétera nuestras listas serían interminables. Si no fuera por ese cajón, por esa discreta alfombra bajo la que deslizar nuestros inventarios, estábamos aviados.
Eso creía también Bovedilla hasta que Robledo, el Jefe de Personal, dijo –soltó- aquel etcétera. Quiero agradecer a Benítez, a Salgado, a Peláez, etcétera, la dedicación y empeño que han derrochado en este proyecto.
Fue en ese instante cuando realmente Bovedilla comprendió el verdadero significado de aquella palabra: el doble sentido de su t, la sombra del despido a los pies de su r.
En fin, que la vida de Bovedilla, como la mía –como la suya, amable lector- está también servidita de dudas, inquietudes, cábalas, sinsabores, tribulaciones, etcétera.
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Bueno, siempre será mejor ser un etcétera que un punto suspensivo, sobre todo si una soga rodea el cuello de ese pobre hombre cuyo futuro pende de un hilo.
ResponderEliminarGenial micro.
Un abrazo.
Aster, este relato, no por ir en la línea de los anteriores, ha dejado de sorprenderme. Esta vez una sola palabra y cuánto contenido en ella. No le falta ni el acento, a modo de martillo de juez, para sentenciar el penoso e incierto futuro contenido en una indefinida palabra esdrújula.
ResponderEliminarEste etcétera me ha recordado, de alguna manera, a los tres puntos suspensivos de nuestro poeta Gabriel Celaya.
Nuestra vida, como la tuya- amable y querido compañero-está servidita también, afortunadamente, de confianzas, sosiegos, presentimientos, satisfacciones, alegrías, etcétera. Ya lo dijo Benedetti:
Siempre que doy con la palabra etcétera
y aunque provenga del latín escueto
sé que es la más abierta de la lengua,
en ella cabe todo, todo vale,
es libre colosal, casi infinita.
Allí se instalan páginas, silencios,
sombras en espiral , misericordias,
un olvidado bonsái con aceitunas,
nombres que fueron islas , hojas muertas,
horizontes borrados , besos tiernos,
gavilanes, dibujos de las nubes,
y así podríamos seguir por horas
así podríamos seguir etcétera.
MARIO BENEDETTI
Besos, abrazos, etcétera.
Querido compañero, estás tocado por Calíope, Clío, Erato, etcétera.
ResponderEliminarComo bien dices, la vida, siempre con un futuro incierto, está llena de dudas, incertidumbres...y algo sobre lo que no hay duda : nadie es imprescindible.
Besos y abrazos.
Sensacional. Gran entrada. Me tienes absolutamente entregado desde el punto de vista literario. El libro con tus relatos lleva camino de ser una obra maestra. Sin discusión.
ResponderEliminarPues sí, José Antonio. Los puntos suspensivos se las traen; dame mejor un etcétera.
ResponderEliminarGracias. Un abrazo.
En fin, Alicia: se agradece esa vuelta de tuerca positiva que le das al relato. Hay también un etcétera ilusionante.
ResponderEliminarNo conocía estos versos de Benedetti.
Un besazo.
Mari Carmen: gracias.
ResponderEliminarImprescindible... buena palabra para construir un micro.
No sé qué decirte. Quizás en el terreno profesional se pueda prescindir de las personas; en el afectivo...
Un besazo.
Emilio: tenemos que empezar a buscar un título para ese libro;-)
ResponderEliminarSi alguna vez sale a la luz os deberá mucho a vosotros: encontrar un aliado en medio de la nieve, ver las huellas de otro rompiendo la monotonía blanca, ayuda a seguir caminando, a continuar escribiendo.