jueves, 13 de mayo de 2010
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Crédito de la imagen
In medio, virtus.
A las palabras conviene pillarles el punto, créanme. Yo, sin ir más lejos, era un niño brillante pero me conformé con el suficiente: ya es suficiente, cariño –me decía mi madre, rogándome que no fuera más allá, que tonterías las justas. Con los estudios actué en consecuencia: no quería ponerme pesado, impertinente, sobresaliente.
Bilbao, Mario: Suficiente. Ni lo muevas -pensaba.
He oído suficiente –me ha cortado mi mujer cuando he empezado a contarle lo nuestro. Hasta ese instante no había reparado en su vertiginoso diptongo, en esa t tan desabrida. A aquel suficiente de mi mujer le faltaba además el convencimiento de mamá, la tinta roja del profe. Por eso he insistido y le he dado más detalles.
Es más que suficiente me ha dicho apartando por fin la vista -España directo- del televisor de plasma. Por la ventana entraba una luz tímida, difusa, mortecina. Insu... -eso es- ficiente.
En fin.
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Suficiente, en el proceso humano, es mucho. Es algo a lo que no llegan ni las tres cuartas partes de la población del planeta. Suficiente es lo básico, lo necesario. Casi todo lo demás es un lujo. No lo es la cultura, que es eficiente para mejorar la vida, para que el Hombre alcance dimensiones mas plenas. Fíjate, Aster, todo lo que dan de sí algunas derivaciones de este minirelato/ensayo.
ResponderEliminarUna reflexión profunda sobre la vida. Como haces siempre en tu escritura, directa o indirectamente. Esta entrada tiene las lineas justas y suficientes para saber que esto que hacemos - escribes - hace más amplio el camino. Y más profundo - aunque menos oscuro - el pasadizo. Si la Historia del ser humano fuera suficiente...habría cada vez más luz, bloques de luz, para construir el Paraíso.
Gracias. Es un magnífico relato urbano/espacial/universal.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar“In medio, virtus.”
ResponderEliminarPues lo siento Aster, no lo has conseguido.
Has superado con creces la nota exigida para ser... un gran maestro. El gran dominio del lenguaje y del léxico te permite jugar con las palabras de una manera magistral. Todo un arte jugar y sintetizar sin que pierda tu frescura. En dos palabras in-presionante.
Alicia, ya veo que has recogido, acertadamente, la piedra que tiró Aster.
Besos y abrazos.
Genial, Aster, muy en la línea de perfección a la que nos tienes acostumbrados, pero Alicia no se ha quedado atrás esta vez. ¡Me ha dejado de piedra! Bravo por los dos.
ResponderEliminarAlicia, ¿por qué no lo cuelgas en una entrada independiente? A veces no todo el mundo lee los comentarios.
Abrazos.
Aster, tú micro me ha parecido de matrícula de honor. Continuo en la siguiente entrada.
ResponderEliminarMari Carmen, tú bien lo has dicho. Sigo las huellas del maestro. Espero que me ponga al menos un suficiente.
Maribel, lo había hecho así por no mirar al maestro por encima del hombro.
Un abrazo a los tres.
Emilio, Alicia, Mari Carmen, Maribel: gracias.
ResponderEliminarComo podéis ver estos relatos parten de una experiencia que todos acabamos teniendo: en un instante comprendemos -o intuímos- el significado de una palabra. Curiosamente poco o nada tiene que ver con el que aparece en el diccionario: es algo emocional, afectivo.
Un abrazo.
Muchos alumnos de mi academia sueñan con el suficiente y no pasan del cuatro y medio. Otros podrían llegar al sobresaliente y se conforman con el cinco pelado. A mí me encanta pensar que pasé toda la Universidad exprimiendo al máximo el limón y por eso nunca fui un alumno brillante. Desde entonces, entiendo más a mis alumnos.
ResponderEliminarMe recuerdas un cuento de Carver: "¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?" En él una mujer le cuenta a su marido un desliz cometido tiempo atrás. En ocasiones, una verdad a medias es suficiente.
Siempre hacen pensar tus cuentos, Aster.
Gracias, José Antonio. Tengo que leerme ese cuento de Carver.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuidado con Carver, compañero, es un hueso duro de roer. Es tan emocionante como leer las instrucciones de uso de una tostadora.
ResponderEliminarA pesar de ello, es muy apreciado en el mundo literario. Dicen que su primer libro, llamado como el cuento, tardó en escribirlo quince años. ¿Te imaginas?
Un abrazo.
Y, sin embargo, Jose Antonio, Carver empieza a ser un mito. Sí refleja muy bien un tipo de literatura moderna, donde el relato cobra tanta importancia como la novela. Yo creo que el culto a Carver, sobre todo en Estados Unidos, es desmesurado...aunque sus relatos incluso se han llevado al cine...Porque pega duro, sin concesiones...Y sí, no es emocionante, pero es un buen espejo de una determinada sociedad: la americana. Sus sueños y sus miserias, sobre todo estas últimas.
ResponderEliminarEn fin, seguiré buceando a ver si le encuentro la gracia a la literatura de Carver. Aunque debería decir la desgracia.
ResponderEliminarUn abrazo.