LOS PEKENIKES: HILO DE SEDA
Es julio, en una pequeña ciudad de la costa. Es plena temporada veraniega. Cae una lluvia torrencial y hace varios días que la ciudad parece desierta. Hace tiempo que la crisis viene azotando este lugar, todos tienen deudas y viven a base de créditos. Por fortuna, llega un mafioso forrado de dinero y entra en el único hotel del lugar. Pide una habitación. Pone un billete de 100 euros en la mesa de la recepcionista y se va a revisar las habitaciones.
El jefe del hotel coge el billete y sale corriendo a pagar sus deudas con el carnicero.
Éste toma el billete y corre a pagar su deuda con el criador de cerdos.
A su turno éste sale corriendo para pagar lo que le debe al proveedor de alimentos para animales.
El dueño de la tienda de piensos toma el billete al vuelo y corre a liquidar su deuda con María, la prostituta a la que hace tiempo que no le paga. En tiempos de crisis, hasta ella ofrece servicios a crédito.
La prostituta con el billete en mano sale para el pequeño hotel donde había llevado a sus clientes las últimas veces y que todavía no había pagado. Le entrega el billete al dueño del hotel.
En ese momento baja el mafioso, que acaba de echar un vistazo a las habitaciones,
dice que no le convence ninguna, toma el billete y se va.
Nadie ha ganado un euro, pero ahora toda la ciudad vive sin deudas y
mira el futuro con confianza.
¡SI EL DINERO CIRCULA SE ACABA LA CRISIS!
Si no queremos que a algunos se les rompa la economía como si fuera un hilo de seda, otros tendrán, o tendremos, que mover el dinero.
Alicia, que circule y no se especule. Difernete hilo y aguja.
ResponderEliminarUn abrazo con dedal.
Sergio Astorga
Yo deseo con todas mis fuerzas que el dinero circule, pero si no tengo dinero, como no ponga a rular billetes del Monopoly.
ResponderEliminarY encima a los pobres hosteleros con la ley antitabaco les han jodido bien.
Yo propongo que volvamos al trueque: tú me das un kilo de patatas y yo te pongo un cubata.
En fin.
Un abrazo, Alicia, y que rule, que rule...
Sergio, ahí está parte de la culpa de este precipicio al que nos van empujando. No sé, me da la impresión que esta vez ni con encajes de bolillos van a hilar lo deshilado.
ResponderEliminarSe me antojó ir a buscar hilo de seda de todos los colores. Esta vez el arco iris lo puse yo.
Un abrazo enhebrado.
Jose Antonio, ni el Monopoly es como antes. Mi chico pequeño nos pidió el electrónico y no ves ni un billete. No te haces idea lo machacados que quedaron los del Monopoly anterior. Este funciona con un cajero y cada jugador tiene la correpondiente tarjeta de plástico. He jugado dos veces estas navidades con los jóvenes y no es lo mismo.
ResponderEliminarJose, te voy a ser sincera. Lo siento por los fumadores y por los que habían invertido dinero en adaptar sus locales a la normativa anterior pero yo en gran parte estoy feliz con lo aprobado. Además por aquí los bares siguen llenos...y las calles también. El problema es que ahora no hay quien pille un asiento en una terraza el día que sale bueno. Están todos los fumadores. Claro que también soy consciente que lo han hecho para que nos despistemos con ello y no nos preocupemos de problemas aun más importantes que se les están yendo de las manos. Creo que ha sido jugar al despiste. A los que habían gasrtado dinero en los locales les debiéran subvencionar lo gastado. Ya les vale. Todo ha sido una chapuza.
En el ayuntamiento de Barakaldo-localidad en la que trabajo-ya han preparado una página web de trueques. No hay alimentos ni bebidas... de momento.
Jose, será mejor que rule. Fijate si nos pasa como en Argentina y nos lo confiscan los bancos. Que nos quiten lo bailao.
Un abrazo.
¡Qué bueno, Alicia!
ResponderEliminarPienso decididamente igual que tú. No soy ningún economista pero lo que resulta más que evidente es que tanto recorte frena en seco la inversión más pequeña y la más esencial: la de los ciudadanos de a pie.
Oportuna entrada con la que está cayendo.
Un abrazo.
Hace tiempo un experto en Economía puso, en televisión, un ejemplo muy similar para hablar de la necesidad de circulación de la Economía y hace meses recibí un texto en esta línea también, en un archivo de internet. Sí, la circulación del dinero es necesaria para que todos salgamos de esta terrible situación. Tu has hecho Literatura de una medida necesaria y así nos llega mejor. Bonito cuento y muy oportuno porque, además, les tiene que hacer pensar a todos aquellos que creen que el dinero hay que "guardarlo" para para poder sobrevivir Si lo guardamos no valdrá nada...En fin, una bella contribución literaria, Alicia, para que intentemos no creer que siempre las teorías del llamado sentido común tienen sentido. Un beso.
ResponderEliminarAh, por cierto, coincido contigo, Alicia. Estoy absolutamente a favor de impedir que la libertad de los fumadores...acabe con la libertad de los que se ven invadidos por el humo del tabaco. Yo, que tengo alergia, no tosía y lloraba cada vez que entraba en un bar. Y el olor de la ropa...en fin, todo. La libertad de unos acaba donde empieza la de los otros. Yo, no fumando, no hago daño a nadie. Pero el que fuma a mi lado si lo hace al no fumador. Hay que entender la libertad...no a nuestro gusto, sino de una forma equitativa. Supongo que a nadie le dejarían ir echando en los sitios públicos, porque les gusta, un spray que hiciera daño a los pulmones o a la salud de los demás.
ResponderEliminarPort
Errata en el "coment" anterior: quiero decir que tosía, no que no tosía, vamos. Y el que no esté de acuerdo...que fume en su casa...o a la orilla del Nervión. El Estado está para procurar el bien común no para pensar en una parte de la población. Que yo sepa, tampoco se deja cantar, por muy bonito que sea, a voz en grito en los Hospitales, ni en medio de una representación de teatro...y hay miles de ejemplos. Se llama conviencia.
ResponderEliminarEmilio, yo creo que con respecto a qué hacer con el dinero también se podría hacer una clasificación muy diversa del ser humano. En los extremos de la misma estarían, por un lado los que se lo gastan todo y además se hipotecan por cosas de las que se puede prescindir-aquí podría haber otro debate sobre lo qué es prescindible-, y en el otro extremo los que disfrutan viéndolo amontonado. Yo creo que, como en muchas otras cosas, en el término medio está la virtud.
ResponderEliminarLo del tabaco creo que se irá normalizando y los que fuman buscarán estrategias de convivencia acorde con los nuevos tiempos sin prescindir del cubata. No sé en Madrid, pero en Barcelona-en concreto en Paseo de Gracia-en las terrazas exteriores ya había puestas unas estufas a modo de antorchas.
Emilio, gracias por este 3x1 que nos ha hecho también recordar que hay que ir a las rebajas a que rule el dinero.
Un abrazo
Aster, lo que sea va a ser de todas formas. Yo creo que en nuestra mano está poca historia. Y todo esto pasa por,según dice mi madre, en el pasado haber ahorrado en el perejil y haber gastado en la merluza. En fin.
ResponderEliminarYo si esto se pone mal lo arreglaré con patatas alavesas: patatas a la riojana, puré de patatas, patatas fritas, patatas en salsa verde, patatas a la importancia,tortilla de patatas, patatas a lo pobre, patatas asadas, patatas bravas, patatas rellenas, pastel de patata, papas arrugas...
Un abrazo.
ANTE UN ARTICULO DE FRANCISCO RICO EN "EL PAIS" y los comentarios de los compañeros fumadores de Escritores en Red, he contestado con el comentario que aquí reproduzco. Por cierto, Francisco Rico pone una postdata en su artículo, cínica y engañosa, que dice "En mi vida he fumado un solo cigarrillo". Es cierto: ha fumado muchos. No ha parado de fumar. Como es miembro de RAE y escritor se permite este juego de palabras.
ResponderEliminarBueno, ahí va mi comentario, que, además, creo que tiene un cierto sentido del humor.
COMENTARIO.
El texto de la Ley es de una pésima redacción, pero de los políticos que tenemos - de uno y otro partido mayoritarios en el Estado - no se pueden esperar muchas luces. Otra cosa es el espíritu. No soy partidario de prohibir que los ciudadanos se suiciden - cada cual con su cuerpo que haga de su capa un sayo - pero si prohibiría que se tiraran desde un puente donde, al caer, lo hicieran sobre otros que pueden resultar heridos o muertos sin culpa alguna y desean vivir. Esto es: "La libertad de cada uno termina donde empieza la de los otros". Con riesgo de que mis amigos fumadores me condenen al infierno - y me ahogue con el humo, tengo un problema de alergia y solo por eso estoy contento, en lo que a mi me toca, con la nueva situación - si os pido que miréis las cosas no sólo desde el punto de vista de vuestra libertad de fumadores ( la habéis ejercido ampliamente durante muchos años ) sino desde la libertad de los que tienen problemas con el tabaco ( asmáticos, enfermos de las vías respiratorias, ciudadanos a los que el humo les crea problemas...) en fin, que el tema no es sólo la libertad de unos...sino si esa libertad ( respetable, claro ) se puede ejercer en lugares públicos sin conculcar la libertad de otros. Evidentemente, en su casa, cada uno que haga lo que le de la gana. Yo tengo una amiga con bronquitis cronica que dice que prefiere morir antes que dejar de fumar. También tengo un amigo drogadicto que dice lo mismo sobre drogas más fuertes. Pero yo, sinceramente, creo que, en el caso de si mismo, cada uno debe hacer lo que le dicte su libre albedrio. Yo, que soy partidario de la eutanasia y el suicidio ( ya digo, sin tirarse desde un puente encima de otro) no soy precisamente un moralista.
Os pido perdón...pero como en todo debate debe haber una voz discordante...me temo que ya la tenéis. Un abrazo general.
Perdón. Cuando digo la eutanasia me refiero al derecho que tiene toda persona a que no le prolonguen artificialmente la vida sufriendo, contra su voluntad.
ResponderEliminarPort
Pues sí que debe circular, ya lo creo, lo que ocurre es que en tiempos de crisis hay una especie de contagio, o será solidaridad, pero la cuestión es que los que sí disponen de fortunas, o al menos no han perdido un ápice su poder adquisitivo, tampoco mueven su dinero, tienen miedo, y esos son los que han de comenzar a comprar libros, música, ropa, tomarse cañas, etc. etc.
ResponderEliminarYo, como dice José Antonio, apuesto por el trueque.
Un abrazo.
Esos de los que hablas, Maribel, de solidaridad, normalmente, saben poco. No digo que no haya excepciones. El problema es que su miedo les hundirá a ellos también. Bueno, no es cierto, sólo a algunos. A los más poderosos, a los verdaderamente poderosos, no los políticos, sino los que "dictan" la Economía, a esos no les afecta nada. Además, hay miles de paraísos fiscales...y de los otros, donde olvidarse de los demás. Y, al fin y al cabo, siempre ha sido así, ¿ no?.
ResponderEliminarSin embargo los bárbaros acabaron con el Imperio Romano...y supongo que los nuevos bárbaros acabarán con el nuestro. Nosotros no perdonamos la deuda pública de los países africanos ( 900 millones de dólares ) pero las grandes fortunas defraudan 80.000 millones de euros en España.
No tenemos suficientes armas - ni ética - para defendernos. No, no hay nada que defender. Siempre, al final, pagan los mismos.
Port
Maribel, aclarando de que me siento afortunada porque trabajo en lo que me gusta y siento que cobro lo que me merezco por el trabajo que realizo-ojalá todos podrían decir lo mismo-yo he intentado moverme dentro de lo que era mi "normalidad". Sin embargo creo que en este momento no hay familia a la qué, de un a forma u otra, la crisis no haya tocado. Así que puestos a ser solidarios, el que esté mejor, seguro que tendrá muy cerquita gente a la que ayudar a tirar adelante. Eso es lo que está en la mano de algunos mientras vemos que pasa con el rumbo del país. A fin de cuentas, es otra forma de trueque. Solidaridad a cambio de satisfacción.
ResponderEliminarUn abrazo.
Magnífico cuento, Alicia. De una forma sencilla pero que entraña una gran dificultad de elaboración nos has hablado de algo que es fundamental en esta época de crisis. Y si no consumimos para que la rueda gire, esto no va a poder solucionarse de ninguna manera, mal que nos pese.
ResponderEliminarLo del trueque no sé yo, quizás es una solución. Ahora mismo en Argentina hay problemas de liquidez en cajeros y bancos, así que el dinero guardado tampoco sirve de mucho. Tendremos que ponernos todos las pilas, porque ya sabéis que los que se tienen que apretar el cinturón son los de siempre. Los empresarios sigeun viviendo tan ricamente y los curritos a jorobarse.
En cuanto a la ley anti-tabaco he leído opiniones muy encontradas a favor y en contra. Yo sólo diré que lo prefiero así, no soporto el tabaco y es una bendición no salir con ese olor de cualquier sitio, o con los ojos y garganta irritados. Se habla mucho de las pérdidas de la hostelería, pero todos esos fumadores acabarán por volver a consumir porque no les queda otra opción. Eso o no vuelven a pisar bares, restaurantes, discotecas y demás sitios públicos de ocio. Ahora todos los establecimientos son iguales y no como antes que hacían lo que les daba la gana en muchos sitios. O como en Madrid, que nuestra amiga Esperanzita se pasaba la ley anterior por el arco de triunfo...
Un saludo a todos.
Armando, lo del trueque funcionó con mis abuelos. En aquellos tiempos del estraperlo. Ellos tenían terrenos, una vaca para la leche, alguna oveja para carne y gallinas. Podían sembrar, para los de casa y poco más, maíz para hacer harina, legumbres y verduras, patatas. Bien es verdad que en la época de racionamiento tenían que hacer guardia pues la necesidad unas veces y la malicia otras provocaban algún que otro robo. Se daba la circunstancia que se carecía de otros alimentos como el aceite. El trueque les ayudo para conseguir este y otros productos escasos. Como anécdota te diré que fui la segunda nieta-el primero fue mi hermano mayor- que bebió leche, leche. Después vinieron nueve nietos más que ya no la cataron. Los abuelos quitaron el ganado y la huerta pasó a ser un entretenimiento en vez de una necesidad. A día de hoy, en casa tengo un repollo y calabaza recogidos por mi tío. Todavía lo mismo nos toca volver hacia atrás. No te digo.
ResponderEliminarRespecto al tabaco, en mi entorno veo que los fumadores se van adaptando. Lo que sí parece que comienza a notarse en la hostelería es por la noche. El fin de semana pasado tres parejas de conocidos nos comentaron que ya el sábado decidieron organizar la cena en uno de los hogares en vez de lo que acostumbraban.
Con el tiempo esperemos que todo se vaya normalizando.
Un abrazo.
Si fuera todo así de fácil. La economía de un país no se puede sustentar en la economía de los hogares, algunos fuertemente azotados por la crisis. Nos creímos un país del bienestar, un país rico cuando no había base que sustentara dicho pensamiento. Miramos a Alemania y su crecimiento con envidia ¿pero estamos dispuestos a esforzarnos y pagar un precio por revitalizar la economía?
ResponderEliminarY no se trata de mover el poco o mucho dinero que tenemos...eso sólo es parte de la solución.
Besos y abrazos.
Mari Carmen, a fin de cuentas se trata, y con esta entrada es lo que he pretendido, de que más allá de la crisis-cuya solución no es ni fácil ni acaso esté en nuestras manos nada más que una mínima parte y algún gesto- si hay una medida a corto plazo realmente efectiva y es justo la que se traduce en buen humor, la que se traduce en sonrisas o carcajadas.
ResponderEliminarNo considero que tampoco la solución esté en prescindir. Alguno de mis comapañeros ya están mirando los viajes para la semana de Carnaval y la de Semana Santa. No considero que tengan que prescindir de ello si pueden permitírselo. Así no cerraran las compañías de viajes. El viaje de estudios del instituto de este curso a Italia lo he cerrado con Viajes Iberia pues Viajes Marsans se fue al carajo justo después de nuestro viaje del curso pasado. Al final vuelvo a lo de que muevan el dinero los que lo tengan, pues esto genera empleo.
Y como con humor empecé, con humor termino.
En una conferencia de prensa, un periodista pregunta:
- Señor presidente, ¿es verdad que la crisis económica nos afectará a todos?
El presidente le contesta:
- Pues la verdad, mi gobierno ha hecho un estudio, y déjenme decirles, que realmente sólo hay 6 personas que se verán afectados por crisis económica.
Entonces le pregunta otro periodista:
-¿Y dígame quienes son esas seis personas?
El presidente contesta:
- Yo, tú, él, nosotros, ellos y ellas.
Un abrazo.