El despertar le traía sensaciones de las que no estaba dispuesta a prescindir. Se desperezó, un intuitivo desplazamiento y en su mente el deseo de sucumbir una vez más a la llamada del placer. Su cuerpo y su mente se pusieron en movimiento. Suavemente y con delicadeza, cual seda a punto de resbalarse en sus manos, tomó aquel elemento en cuyo interior un néctar amargo no opondría resistencia a su liberación. Lo acarició con prisa contenida. Para no romper el encanto del instante, fue añadiendo en su justa medida cada uno de los ingredientes precisos. La estancia comenzaba a ser invadida por sonidos a modo de susurros liberadores. Ella, acercándose aún más, era poseída por ese perfume tan característico en él. Ese aroma que tantas veces le había cautivado, rindiéndose finalmente al deseo. Sentirle dentro, siempre había sido una nueva recarga de energía para superar los escalones del día a día de su vida. Un gran gemido final daba paso a un silencio inicio del delirio. En la cafetera, dispuesto para el sabroso desayuno, el excitante fluido azabache.
En fin, Alicia: buen trabajo. Este microcafé tiene todos los ingredientes para estar delicioso: una intrigante sensualidad en su comienzo y un final desconcertante (quizás la imagen de la cafetera le resta fuerza al desenlace).
ResponderEliminarUn besazo.
Gracias Aster, una vez hecho el café, he retirado la cafetera.Tenías razón.
ResponderEliminarDe verás que buen tazón de café me he de tomar todas las mañanas para llevar este mes. Lo he empezado con buen pie. Ya he hablado con todos los encargados de los gremios que han de pasar para hacer las reparaciones de rigor. Ahora a esperar que vayan apareciendo. Lo siguiente es hacer con las horas lo de los panes y los peces. Vamos, multiplicarlas para que en la negociación con los de Planificación nos acepten el máximo. Por lo pronto ningún definitivo pierde plaza y eso es un primer paso.
Besarkadatxu bat.
Sugerente y sugestivo café...Y todavía se pregunta alguien por qué tomo tantos cafés.
ResponderEliminarEnhorabuena insinuante Alicia, me gusta.
Un fuerte abrazo.
Gracias Mari Carmen. Perdido por el primer campamento anda otro micro del estilo de este. No sé qué tendrán los cafés del domingo...
ResponderEliminarBesarkadatxu bat
Hola Alicia,
ResponderEliminarNunca había caído en la sensualidad y el erotismo de una buena taza de café.
Yo, por diferir, que es lo mío, prefiero el mate.
Todas las propiedades del café, pero ni una gota de cafeína. Ideal para la creatividad.
Un abrazo.
Jose Antonio, llegados a este punto ya me he metido en un lio. A partir de ahora a los que me leen, cuando quedemos, les diré que será para tomar, por ejemplo, ¿Una rubia de verano?
ResponderEliminarAster, olvidate del cafe ja,ja,ja.
Un abrazo
Un café así no se toma todos los días, vaya despliegue de sensualidad, guau. Y además me pones a Miguel Bosé que, además, me pone. ¿Qué más se puede pedir?
ResponderEliminarUn abrazo.
No soy nadie sin mi café al levantarme. Aparte de eso y, como dice Aster, buen trabajo Alicia.
ResponderEliminarMaribel, todos los días acaso no pero de vez en cuando, mas que nada para que cómo dice un chiste "no se nos olvide", un café tras otro "café" y ...¡olvidate de medicinas!
ResponderEliminarA mi también me gustan algunas canciones de Miguel Bosé. Además le admiro por las narices que tuvo en su juventud de ser el mismo ¡Tela aquel baile con el traje blanco de pantalón ajustado! Y en la madurez por mantener que a nadie le incumbe lo qué es. Ahora no le queda otra que usar camisas flojas ja,ja,ja.
Besarkadatxu bat
Emilio, a mi me pasa lo mismo. El café tiene el don de poder generar un ambiente propicio para el contacto y la comunicación. Tú y yo, cada uno a nuestra manera, por comunicar que no quede ¡Está claro que es nuestro aliado!
ResponderEliminarBesarkadatxu bat