Tardo más -Emilio, amigos- en leer poesía. Creo, no sé si equivocadamente, que no debe hacerse de un tirón, pues su densidad es muy diferente de la del relato. De cuando en cuando me he zambullido en uno de estos océanos de belleza irreparable.
Aster, bien vale llevar a cabo la labor de dar forma a un libro si, además de la satisfacción personal que ello supone, te encuentras con halagos nacidos del corazón y que llegan enmarcados dentro de las nuevas tecnologías como los que has regalado, primeramente a José Antonio y ahora a Emilio. Yo también descubrí este verano cómo nuestro compañero Emilio Porta, a través de su obra “Corales”, diseñó una serie de reflexiones que fueron llegándome secuencialmente a modo de olas de mar. Pensamientos como “escuchando el silencio que no comprendes, esa respuesta cuando no preguntas”, “no hay más filosofía, sólo saber que todo cambia, todo es movimiento”, “la luz sale de la oscuridad, quizás sean ambas la misma cosa”,… nos presentan al ser humano con sus luces y sus sombras. Para ello utiliza los corales que, desde la profunda oscuridad, pasan del continuo movimiento a una situación estática siendo fieles a los dictados de la naturaleza.
Y, ahora, màs tranquilo, vuelvo a ver las imágenes, escuchar la música, e intento comprender cómo la vida alterna el dolor y la felicidad. Quizás sólo algunos instantes merecen ser conservados de forma absoluta. O quizás más de los que pensamos. Este es uno de ellos, un momento que me ha emocionado y que quedará, para siempre, dentro de mí. Si alguna vez la vida me da un golpe, volveré a pisar la nieve contigo, Aster, con vosotros, para comprender que soy un ser afortunado, un privilegiado que, al menos, tuvo un regalo que anula cualquier tristeza, cualquier pesar. Tan corto, tan bello, tan profundo, tan cercano...creo que ningún poeta en el mundo tiene algo como esto. Corales ya no es sólo mío, Aster, es nuestro. Gracias por hacer que sienta que la existencia, lo que somos y vivimos, se puede compartir más allá de las palabras.
Y esto para tí, Alicia. No olvido, no olvidaré nunca, la preciosa composición gráfica, piedra con piedra, que hiciste con el nombre de Corales, este verano, a la orilla del mar. Tampoco voy a olvidar las palabras, sentidas y profundas, del comentario que acabas de poner. Con amigos y lectores como vosotros/as un escritor no necesita más. Se nota el aprecio al contenido, y el afecto al autor. Yo, sinceramente, creo que muy pocos escritores han tenido la suerte de poder recibir algo como lo que vosotros - gracias Maribel también y gracias a todo el resto de amigos - habéis proyectado. Al fin y al cabo un libro es una carta colectiva desde la mente y el corazón del que lo escribe a los destinatarios que lo reciben. Que maravilla que el cartero no la devuelva sin abrir al remitente. Y encima recibir contestaciones como las vuestras. Gracias otra vez.
Maribel, Alicia, Emilio: gracias. Como veis soy bastante torpe como crítico literario y prefiero esconderme, apoyarme en las nuevas tecnologías, para subrayar una página, señalar unos versos con los que haya especialmente disfrutado y que sirvan de botón de muestra para posibles lectores. Un abrazo.
Estos Corales están sujetos al lenguaje. Pero quieren sobrevolarlo. Silenciosos, nos hablan.
(Emilio Porta)
Emilio estos Corales han sobrevolado, lo han conseguido. Se han despegado de las páginas del libro y circulan libremente por nuestro interior. Algunos anidan en el corazón, otros en la razón...son la vida, con sus ascensos y sus descensos, con sus sueños y sus esperanzas...
La inteligencia retenida. Mineral e igualitaria. La que alumbra los pasos sucesivos. La insurgente. La que permite pasos posteriores.
La minúscula condensación del sueño.
(Pag 37)
Y ese fervor, colectivo y extraño, por la vida. Por la defensa, inmóvil, del derecho a seguir. Esa pasión, de siglos, cohesionada. Esa fuerza interior.
Corales mudos llenos de esperanza.
(Pag 39)
Aster, no te escondes, al contrario, demuestras tu enorme sensibilidad al crear esta bella composición y confirmas lo que todos sabemos, que eres un gran amigo y compañero
Gracias Aster, por este precioso regalo para los sentidos...consigues que el viento del Norte se vista de Sur.
Tengo la lectura de Corales aún reciente y he de decir que, al igual que con el libro de Aster, tomé muchas notas durante su lectura.
Quizás mi interpretación de los poemas no sea la acertada; en algunos momentos, uno desearía tener cerca al autor para preguntarle lo que quiso decir. En cualquier caso, he escrito una breve reseña que publicaré en mi blog a primeros de noviembre. A mí, a diferencia de Aster, sí me gusta criticar constructivamente lo que leo, pues lo disfruto doblemente.
Preciosa selección has hecho, Mari Carmen, de Corales, que, al menos, en Euskadi ha tenido, gracias a vosotros, una buena entrada. Se que has sabido encontrar el espíritu debajo de la letra y también detenerte en ella, en su forma y en su significado, y lo demuestras con esos versos seleccionados que son parte del poema que conforma el libro. Ni yo mismo hubiera elegido mejor. Tanto Aster, como Alicia y tú habeis formado una punta de lanza de coral y la habéis asentado, al menos de palabra, en el Golfo de Bizkaia. Gracias por compartir ese fervor extraño por la vida, por sumarte a la defensa del derecho a seguir que es el grito silencioso que habita en todo el libro.
Gracias, Jose Antonio. Lo mismo digo de El Mirador, de tus relatos, algunos tan cortantes, tan duros y llenos de interrogantes como el coral, pero con más ironía. Si el coral mantiene retenida la inteligencia mineral...tu despliegas en abundancia, al escribir, la inteligencia humana. Por ello estoy seguro que tu interpretación será la adecuada, pues cada libro se independiza del autor y es diferente para cada lector. En este caso nuestros libros no son magnitudes comparables, porque por forma y contenido están en plataformas diferentes. Tú, con tu libro, escalas. Y yo, con Corales, sostengo. Ambas cosas son importantes en el devenir literario. Importantes para decir...lo que guarda o provoca el pensamiento. Digamos que Corales guarda y El Mirador provoca. Sosegar...e inquietar. El haz y el envés. Me gusta.
¡Oh, qué composición más bonita! Leí Corales este verano y verdaderamente lo disfruté.
ResponderEliminarAbrazos.
Aster, bien vale llevar a cabo la labor de dar forma a un libro si, además de la satisfacción personal que ello supone, te encuentras con halagos nacidos del corazón y que llegan enmarcados dentro de las nuevas tecnologías como los que has regalado, primeramente a José Antonio y ahora a Emilio.
ResponderEliminarYo también descubrí este verano cómo nuestro compañero Emilio Porta, a través de su obra “Corales”, diseñó una serie de reflexiones que fueron llegándome secuencialmente a modo de olas de mar. Pensamientos como “escuchando el silencio que no comprendes, esa respuesta cuando no preguntas”, “no hay más filosofía, sólo saber que todo cambia, todo es movimiento”, “la luz sale de la oscuridad, quizás sean ambas la misma cosa”,… nos presentan al ser humano con sus luces y sus sombras. Para ello utiliza los corales que, desde la profunda oscuridad, pasan del continuo movimiento a una situación estática siendo fieles a los dictados de la naturaleza.
Besos.
Y, ahora, màs tranquilo, vuelvo a ver las imágenes, escuchar la música, e intento comprender cómo la vida alterna el dolor y la felicidad. Quizás sólo algunos instantes merecen ser conservados de forma absoluta. O quizás más de los que pensamos. Este es uno de ellos, un momento que me ha emocionado y que quedará, para siempre, dentro de mí. Si alguna vez la vida me da un golpe, volveré a pisar la nieve contigo, Aster, con vosotros, para comprender que soy un ser afortunado, un privilegiado que, al menos, tuvo un regalo que anula cualquier tristeza, cualquier pesar. Tan corto, tan bello, tan profundo, tan cercano...creo que ningún poeta en el mundo tiene algo como esto. Corales ya no es sólo mío, Aster, es nuestro. Gracias por hacer que sienta que la existencia, lo que somos y vivimos, se puede compartir más allá de las palabras.
ResponderEliminarY esto para tí, Alicia. No olvido, no olvidaré nunca, la preciosa composición gráfica, piedra con piedra, que hiciste con el nombre de Corales, este verano, a la orilla del mar. Tampoco voy a olvidar las palabras, sentidas y profundas, del comentario que acabas de poner. Con amigos y lectores como vosotros/as un escritor no necesita más. Se nota el aprecio al contenido, y el afecto al autor. Yo, sinceramente, creo que muy pocos escritores han tenido la suerte de poder recibir algo como lo que vosotros - gracias Maribel también y gracias a todo el resto de amigos - habéis proyectado.
ResponderEliminarAl fin y al cabo un libro es una carta colectiva desde la mente y el corazón del que lo escribe a los destinatarios que lo reciben. Que maravilla que el cartero no la devuelva sin abrir al remitente. Y encima recibir contestaciones como las vuestras. Gracias otra vez.
Maribel, Alicia, Emilio: gracias.
ResponderEliminarComo veis soy bastante torpe como crítico literario y prefiero esconderme, apoyarme en las nuevas tecnologías, para subrayar una página, señalar unos versos con los que haya especialmente disfrutado y que sirvan de botón de muestra para posibles lectores.
Un abrazo.
Estos Corales están sujetos al lenguaje.
ResponderEliminarPero quieren sobrevolarlo.
Silenciosos, nos hablan.
(Emilio Porta)
Emilio estos Corales han sobrevolado, lo han conseguido. Se han despegado de las páginas del libro y circulan libremente por nuestro interior. Algunos anidan en el corazón, otros en la razón...son la vida, con sus ascensos y sus descensos, con sus sueños y sus esperanzas...
La inteligencia
retenida.
Mineral e igualitaria.
La que alumbra
los pasos sucesivos.
La insurgente.
La que permite
pasos posteriores.
La minúscula
condensación
del sueño.
(Pag 37)
Y ese fervor,
colectivo y extraño,
por la vida.
Por la defensa,
inmóvil,
del derecho a seguir.
Esa pasión,
de siglos, cohesionada.
Esa fuerza interior.
Corales mudos
llenos de esperanza.
(Pag 39)
Aster, no te escondes, al contrario, demuestras tu enorme sensibilidad al crear esta bella composición y confirmas lo que todos sabemos, que eres un gran amigo y compañero
Gracias Aster, por este precioso regalo para los sentidos...consigues que el viento del Norte se vista de Sur.
Besos y abrazos para los dos.
Tengo la lectura de Corales aún reciente y he de decir que, al igual que con el libro de Aster, tomé muchas notas durante su lectura.
ResponderEliminarQuizás mi interpretación de los poemas no sea la acertada; en algunos momentos, uno desearía tener cerca al autor para preguntarle lo que quiso decir. En cualquier caso, he escrito una breve reseña que publicaré en mi blog a primeros de noviembre. A mí, a diferencia de Aster, sí me gusta criticar constructivamente lo que leo, pues lo disfruto doblemente.
Felicidades por tu poesía, Emilio.
Preciosa selección has hecho, Mari Carmen, de Corales, que, al menos, en Euskadi ha tenido, gracias a vosotros, una buena entrada. Se que has sabido encontrar el espíritu debajo de la letra y también detenerte en ella, en su forma y en su significado, y lo demuestras con esos versos seleccionados que son parte del poema que conforma el libro. Ni yo mismo hubiera elegido mejor. Tanto Aster, como Alicia y tú habeis formado una punta de lanza de coral y la habéis asentado, al menos de palabra, en el Golfo de Bizkaia. Gracias por compartir ese fervor extraño por la vida, por sumarte a la defensa del derecho a seguir que es el grito silencioso que habita en todo el libro.
ResponderEliminarGracias, Jose Antonio. Lo mismo digo de El Mirador, de tus relatos, algunos tan cortantes, tan duros y llenos de interrogantes como el coral, pero con más ironía. Si el coral mantiene retenida la inteligencia mineral...tu despliegas en abundancia, al escribir, la inteligencia humana. Por ello estoy seguro que tu interpretación será la adecuada, pues cada libro se independiza del autor y es diferente para cada lector. En este caso nuestros libros no son magnitudes comparables, porque por forma y contenido están en plataformas diferentes. Tú, con tu libro, escalas. Y yo, con Corales, sostengo. Ambas cosas son importantes en el devenir literario. Importantes para decir...lo que guarda o provoca el pensamiento. Digamos que Corales guarda y El Mirador provoca. Sosegar...e inquietar. El haz y el envés. Me gusta.
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