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domingo, 24 de octubre de 2010

DEGENARACIÓN MACULAR

















El miedo, la intransigencia...levanta un velo de desconfianza que ha dañado nuestras retinas. Una degeneración macular, asociada a la intolerancia, que sólo nos permite ver soledades mudadas en mobiliarios del paisaje urbano.

No queremos saber, no queremos ver más allá de nuestro corazón coraza.

Cuánto tenemos que aprender para abandonar el camino autista por el que viajamos... ¿Nadie imparte un taller de cómo volver a ser seres humanos?

13 comentarios:

  1. Somos humanos, Mari Carmen, en la medida en que nos socializamos y entendemos -aceptamos al menos- que existen otros puntos de vista.
    Acertada reflexión, compañera: cada uno en su burbuja...

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  2. Aceptar que existen otros punto de vista es el paso más importante que se puede dar, por desgracia, lo que es tan lógico, no debe ser tan fácil. Siempre buscamos más lo que nos separa que lo que nos une.

    Si Aster, cada uno en su burbuja...luego nos indignamos cuando una joven muere en una estación de tren, ante el abandono de los transeúntes. Es angustioso pensar que vivimos en una sociedad así ¿verdad?

    Besos y abrazos

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  3. Desgraciadamente creo que ese taller no existe, Mari Carmen, ¡y mira que hay talleres...! Cada vez estamos más aislados, cada vez más burbuja, como dice Aster. Triste porvenir para esta sociedad. Reflexionemos todos.

    Un abrazo.

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  4. Hola Mari Carmen,

    Ayer lo comentaba con un amigo. Hay que estar atento, receptivo a las señales que nos llegan de otras personas. Y anticiparse, por qué no, al saludo o a la sonrisa.
    Como siempre, una oportuna reflexión la tuya del mundo en que vivimos.

    Un abrazo.

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  5. La coraza va creciendo, y el callo cada vez más grueso. Mecanismos de defensa q nos hacen omitir lo incómodo, y olvidar el sentir mas humano. Nos vamos haciendo desconfiados, y olvidamos lo más esencial.
    Realmente creo q la verdadera fortaleza de la raza humana radica en su "capacidad de unir capacidades", pero estamos tan alejados de nuestros semejantes, q solo vivimos para el "sáquese cada uno sus castañas del fuego".
    En los tiempos q corren parece ser un valor en alza el mostrarse desagradable, parece q viste más. A mí, me resulta mucho más fácil poner una sonrisa q una cara de borde, pero es verdad q llevada por la corriente externa, me detengo menos a pensar en los demás, en los q me rodean, ya sean allegados o alguien q me encuentro en un ascensor…
    Por no hablar de cómo nos mostramos impasibles ante las injusticias o el sufrimiento, o cómo escurrimos el bulto en situaciones en las q hay q posicionarse.
    Yo, a estas alturas de mi vida intento sonreír a la peña q me cruzo por la vida, y no perder nunca el coraje y la valentía en los asuntos comprometidos. Los pequeños gestos cambian el rumbo del mundo.
    Preciosa reflexión para una mañana de domingo camarada Azcona!

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  6. Maribel, es una lastima ¿verdad? Talleres, cursillos, masteres...cultura al alcance de la mano para ser más competitivos y los primeros de la promoción. Poseemos conceptos, sabemos idiomas...para alcanzar una meta, no para comunicarnos y romper la burbuja que nos rodea.

    Besos y abrazos.

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  7. Qué razón tienes Jose, tenemos que aprender a mirar, a observar, a escuchar...sonreír no duele y una sonrisa o un gesto amable puede romper un aislamiento.

    Lo cierto es que la vida que llevamos, con tanto estrés y falta de tiempo, no es un buen aliado. Es complicado, lo sé, pero tenemos que dejar de ser miopes ante lo que nos rodea.

    Besos y abrazos

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  8. “ intento sonreír a la peña q me cruzo por la vida, y no perder nunca el coraje y la valentía en los asuntos comprometidos. Los pequeños gestos cambian el rumbo del mundo.”

    Magnífico comentario Artemisa. Como bien dices, los pequeños gestos cambian el rumbo del mundo. No hay que ser héroes o mártires, no hace falta. A veces, basta con ser sensibles a lo que nos rodea, con no hacer juicios de valor, con no poner etiquetas a las personas...y si además añadimos una actitud positiva el mundo puede cambiar.

    No es que sea más fácil poner una sonrisa, es que es mejor. Nunca dejes de hacerlo.

    Besos y abrazos

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  9. Aterrizo de estar todo el día por ese mundo del que habláis y os diré que no me identifico dentro de esa generalidad del nosotros, de los de la burbuja. Es más creo que no utilizo excesivo tiempo para pensar en cómo resolver problemas y situaciones que no están en mi mano. Me he pasado más de un cuarto de mi vida inculcando en mis hijos y en mi alumnado la idea de no dejarse llevar por el “todo va mal” si no intentar que colaboren en que su entorno más próximo vaya bien. No me considero mejor que nadie, ni mucho menos. Simplemente trato de aplicar la filosofía de no dejar que cunda el desánimo ante lo que no alcanza nuestra capacidad de resolución y así quemar energías en otras campañas que, aunque sean más pequeñas, seguro que será más productivo. Cuando dudo, aunque no os lo creías, acudo a mis hijos. En una tertulia familiar, uno de ellos me dijo que para mí era fácil andar por el mundo por que había aprendido a rodearme de gente muy parecida a mí. Seguido añadió que no me olvidase que debo enseñarles a ellos -y por extensión a mi alumnado- a andar por ese mundo que les estamos dejando y a saber discriminar las causas que merecen la pena. Yo creo que ahí radica nuestra labor. Dedicarnos a las causas cercanas que merecen la pena e intentar ser solidarios en la distancia con las causas que exceden a nuestro alcance. No hay que ir demasiado lejos para llevarla a cabo y no siempre se trata se trata de tiempo en cantidad si no de calidad.

    Hoy que sea una sonrisa para tod@s.

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  10. Supongo que la vida no se enseña, se aprende.
    En cualquier caso las últimas investigaciones científicas sobre el comportamiento humano me temo que dejan menos margen al educador del que se piensa que tiene. La educación no es sólo enseñar materias...sino ofrecer posibilidades de desarrollo personal. La idea de solidaridad es un concepto eminentemente social, pero las motivaciones no son "altruistas". Me explico, el altruismo no es más que un egoísmo de otro tipo. El determinismo ( relativo ) de toda conducta empieza a ser un axioma aceptado por la mayoría de los psicológos y psiquiatras de todo el mundo. No se pueden cambiar determinados comportamientos psicóticos, por ejemplo, con terapias educacionales. La modificación de esos comportamientos necesita ayuda "quimica". Lo que si influye de forma importante en las conductas individuales son los valores aceptados por cada sociedad en las distintas épocas y lugares del mundo.

    Creo que un taller, para según y que casos y cosas, sería una pérdida inútil de energía. Aunque haya doctrinas que hayan llegado a ser grandes talleres globales, unos en directo y otros mediaticamente, por los propios soportes de la información y por determinadas "doctrinas" y filosofías: cristianismo, islamismo, budismo, marxismo...

    Parece que determinadas reglas "sociales" llegan a imprimir carácter en los individuos e incluso delimitar sus conductas.
    Saludos desde Australia.

    David Nihalat

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  11. Alicia me alegro de que tu percepción sobre la sociedad en la que vivimos sea tan positiva. Yo no me llevo por el desanimo, sólo reflexiono sobre la percepción, siempre personal, de lo que veo a mi alrededor. Y he notado más intransigencia, más violencia, más abandono...en el día a día.

    He visto reírse y tachar de borracho a una persona que caminaba tambaleándose por un subida en el nivel de azúcar, alguna pelea en la que nadie quiere mediar por miedo a resultar dañado, aislar a personas por ser distintas, contar chistes terribles mientras el resto se reían y animaban a continuar...

    Seguro que todos tenemos actitudes que revisar, yo la primera.

    Besos, abrazos, risas y sonrisas.

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  12. Querido David me alegro de que, de vez en cuando, nos visites con comentarios tan interesantes como éste.

    “Lo que si influye de forma importante en las conductas individuales son los valores aceptados por cada sociedad en las distintas épocas y lugares del mundo.”

    Está claro que tiene que haber unos códigos éticos y unas reglas de conducta para vivir en sociedad, que no se enseñan sino que se trasmiten, se aprenden. Pero hay un problema en el aprendizaje o en la forma de transmitir dichas pautas o normas.

    No entiendo que unos jóvenes se reúnan y se “diviertan “ destrozando mobiliario urbano o montando una guerra campal. No entiendo que en una huelga, los piquetes se transformen en animales destrozando todo a su paso, mientras otros los intentan atropellar. No entiendo que el número de victimas del maltrato aumente cada día....No entiendo que se viertan a los ríos colorantes, como ha ocurrido este fin de semana en el País Vasco, como medida de protesta.

    “ Creo que un taller, para según y que casos y cosas, sería una pérdida inútil de energía. Aunque haya doctrinas que hayan llegado a ser grandes talleres globales, unos en directo y otros mediaticamente, por los propios soportes de la información y por determinadas "doctrinas" y filosofías: cristianismo, islamismo, budismo, marxismo...”

    El cristianismo, el budismo, el judaísmo...y demás doctrinas y filosofías poseen magníficos códigos de conducta existencial que, además,son vademécums sobre higiene, salud y medicina preventiva. El problema no son los códigos, sino la interpretación y el uso que se hace de ellos para manipular, para aterrorizar, para someter...

    Vivir en sociedad es complicado...entenderla y hallar una solución más, yo al menos no la encuentro.

    Besos y abrazos.

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  13. Magnífica respuesta y puntualizaciones, Mari Carmen, al comentario de David Nihalat. A veces la contraréplica enriquece los puntos de vista aportados por los comentaristas, creando una reflexión dialéctica, dinámica, que redunda en beneficio de lo expuesto, tanto en la entrada, como en el coloquio que se establece después. Yo así veo los comentarios: como parte de una conversación que es particular y, que al estar a la vista de todos, también es general. Me ha gustado mucho cómo se ha tratado y cómo han evolucionado las opiniones. Las preguntas, aparentemente sin respuesta concreta, generan, sin embargo, una actitud...toda acción genera una actitud. Y toda actitud nos lleva a una determinada acción u omisión. No cabe duda de que pensamiento y movimiento son parte de toda conducta. Es bueno tenerlo claro en una labor tan difícil y de tanta responsabilidad como es la educación. El problema es que el maestro no sólo enseña unas determinadas disciplinas, enseña a comportarse y a vivir. Y ello entraña la transmisión de unos códigos generales que, a veces, dependen de la idea de la sociedad que tiene el educador. Complicado tema también. Y en algunos lugares y países donde hay grandes contrastes ideológicos ( religiosos, politicos ) más difícil aún. Es difícil tener claros los códigos para uno mismo - todo es tan relativo en algunas cosas - que veo el sistema educativo como algo de una complejidad enorme, cuanto más se trata de aplicar unos códigos de convivencia a personas que, además, tienen pocos motivos para creer en los "teóricos" valores establecidos. Y más cuando estos valores están en permanente conflicto.

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