Al viajero a estas alturas le dará por hacer balance y escoger algún fotograma emocional que resuma sus vacaciones, algún recuerdo elocuente que dé sentido a todo este tiempo de ocio y será entonces cuando se acuerde del cine. Porque el viajero cuando allá por Julio era aún un hombre sedentario fue con su hijo y sus amigos (ya me los llevo yo -dijo una tarde al resto de progenitores) al cine.
De esa sesión en que se pusieron gafas de papel para ver en tres dimensiones el estreno de Toy Story no habrá imágenes. Habrá fotos de Doñana, de la playa de la Flecha; instantáneas de la Sierra de Aracena y hasta de las tres carabelas pero ni una sola de esos minutos que ahora le parecerán tan importantes, tan premonitorios porque los chavales se desenvolvieron como si él no estuviera; hubiera podido marcharse de la sala y nada habría ocurrido.
Echó de menos los tiempos de Nemo y de Chicken Little y comprendió que todos -también el cine- habían cambiado, se habían hecho mayores.
Cuando la viajera volvió a casa, en la calle estaba esperando el hijo mayor para ayudarles a subir las maletas. Tenía tan buen color como ella y aspecto sonriente, a pesar de que de nuevo sentía invadido el hogar para volver a conformar, formar y declinar la palabra familia con todas sus consecuencias. Lo primero que tuvo necesidad de visitar fue el cuarto de baño. Seguía oliendo a ese aroma marino, casi como el del Mediterráneo.
ResponderEliminar-Ama, como verás está todo recogido y limpio. En vuestro cuarto está la ropa que dejasteis en la automática el día que marchasteis. La lavamos con la primera colada nuestra.
La viajera disimulaba. Lo menos importante era la limpieza del hogar. Lo importante era que, tras idas y venidas de los cuatro, todos estaban bien y con cara de, cada uno por su lado, haber exprimido el mes de agosto como un limón. Pero estaba bien que se hubiesen preocupado de ello. Sólo al trasluz se notaba la ausencia de los padres, por una fina capa de polvo en las esquinas de las habitaciones. Sus consejos al marchar habían sido que actuasen con cabeza y sin molestar a nadie y que ambos hermanos se organizasen a la hora de llevar a los amigos para ver pelis, la Play, …En una puerta del armario de la cocina seguía pegada la nota con las instrucciones para poner la automática. Con una zona de mandos parecida a los de la planta de control de una empresa química multinacional, la progenitora pensó que precisarían de dichas instrucciones. Una llamada al móvil les solucionó la única duda que tuvieron al respecto. Se trataba de si para la colada de ropa oscura las instrucciones eran las mismas…
-Ama, en la nevera hay tomates y lechuga que compramos ayer. Amoma ha traído unos filetes rusos que no hemos terminado. Lo del congelador no lo hemos acabado pues muchos días hemos ido de bocata a la playa y de barbacoa al chalet de los padres de Esti …
Al día siguiente:
-Ama, no te importará que me lleve alguno de esos trapos viejos que usas para limpiar los cristales.
-No hijo ¿Vas a limpiar el coche?
-No ama. Hoy hay quedada en casa de Endika. Sus padres vuelven mañana del pueblo...
La viajera se dio cuenta de que eran ya autónomos. Solidariamente autónomos.
Aster, el tiempo pasa para todos. Lo importante como padres es que los hijos acaben siendo unos chicos mayores autónomos.
Hola Aster,
ResponderEliminarYo he visto Toy story con mi hijo y un amigo suyo este verano. No creas que me hicieron mucho caso. Mejor, porque, aunque no soy de lágrima fácil, me asomaba por momentos ese quiero y no puedo llorar de emoción tan incómodo.
Un abrazo.
Ya sabía yo, Alicia, que llegado el momento me pasarías apuntes. Me vienen y me vendrán genial. Un besazo y feliz aterrizaje.
ResponderEliminarMe pareció una buena peli, José Antonio: tenía, de cuando en cuando, algún guiño para los adultos. Yo también -lo confieso- estuve a punto de tirar de kleenex.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras...No siempre. Una fotografía, con el paso del tiempo sólo queda en una imagen estática diluida y desvaída. Disfruta de cada momento y guárdalos como has hecho en esta entrada, o como hiciste aquel día en el que le enseñaste a atarse los zapatos...entre palabras. ¿No es mejor que una fotografía?
ResponderEliminarMe alegro de tu vuelta, bienvenido. Te echábamos de menos.
Besos y abrazos.
Acabo de grabar, hace unos meses, un disco de canciones infantiles, canciones para niños, dentro de un espectáculo musical. Mi canción preferida se llama "Los juguetes"...qué casualidad, Aster. Cuando esté en You tube os paso la referencia. Bueno, os paso la letra ahora, aunque la música, que no es mía, es preciosa. Yo tengo el CD...supongo que saldrá pronto para todos.
ResponderEliminarLOS JUGUETES (música M.Pacho/ letra E. Porta)
Los juguetes son esos amigos
que nos hacen reír y nos hacen soñar
Te acompañan y juegan contigo
porque siempre están junto a ti.
El camión de latón,
el balón campeón,
la muñeca que es una coqueta.
El osito marrón,
el reloj de cartón
todos viven en un cajón.
Los juguetes son tan divertidos
que nos hacen reír
y nos hacen soñar.
Te acompañan
son buenos amigos
y te quieren hacer feliz.
Y te quieren hacer feliz.
(Se repite el estribillo)
Bueno, os prometo que, escuchada, emociona un poquitin (qué importante es la música...)
Por eso, cuando hablas de emociones con Toy Story, se de los resortes que saltan. No son nuestros juguetes. Son los suyos. Los de nuestros hijos, nuestras hijas. Los de todos los niños del mundo.
Ojalá todos ellos pudieran tener juguetes.
Y recuerdos.
Gracias, Mari Carmen; buen consejo.
ResponderEliminarEn fin, Emilio: creador infatigable. Recuerda avisarnos cuando está en You Tube. Tu canción sintetiza perfectamente la película. Curioso, compañero, cómo se cruzan los caminos y coinciden en el espacio y en el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aster.