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martes, 28 de mayo de 2013

Los pájaros

No me gusta Twitter. Lo digo sin acritud pero con mucho cinismo: un servidor también se dedica a piar en esa red social multitudinaria. Tengo, cada vez más, la sensación de que en ese cable en que nos amontonamos no nos escuchamos unos a otros, empujados por un horror vacui que retroalimentamos con dosis de 140 caracteres.


Quizás sea el volumen de información o que uno es demasiado selectivo pero solo en contadas ocasiones tropiezas con música, con ingenio.




Se agradece tanto...

@irakasle
@lanieveblog
@gelarako

6 comentarios:

  1. ¡Qué bueno cuando el silencio no se intoxica con petardos!
    salu2

    daniela

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  2. Twitter es como encontrar una aguja en un pajar, esa aguja del ingenio entre tanta tontería que la gente podría ahorrarse: me estoy pintando las uñas de los pies con rotulador, he publicado un libro de mil páginas con novecientas ilustraciones, robo a los bancos para hacer caballitos de madera...
    En fin.

    Un abrazo.

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  3. Cómo te entiendo, Aster. Yo no estoy en Twitter, pero si en Fb y me ocurre lo mismo que a ti, aunque como dices, a veces, aparecen verdaderas maravillas. Las que has extraído son geniales. Gracias por compartirlas.

    Besos y abrazos.

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  4. Pues a mí al principio no me gustaba nada, después le cogí el punto y ahora creo que vuelvo a la impresión del principio, o al menos me voy dando cuenta de su realidad, que es como la vida misma, ignorarnos los unos a los otros y, la mayoría de las veces, hablar con una pared. Como "tablón de anuncios" no está mal, aunque la gente también pase de lo que se anuncia. Y sí, es cierto que hay tuiteros muy ingeniosos, yo también alucino con algunas maravillas de 140 caracteres. Esos merecen premio.

    Un abrazo.

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  5. Daniela, José Antonio, Maribel, Mari Carmen: gracias.
    Veo que compartimos la misma sensación. Nada, amigos, como las relaciones "analógicas" en que hablamos, escuchamos, respondemos, miramos a los ojos.
    Un abrazo.

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  6. Aster, si bien tuve muchas veces la intención de sumarme a la bandada de Twitter-por el reclamo de los 140 caracteres-, la verdad es que al final he llegado hasta aquí sin participar en redes sociales. Sin denostar esos grandes lugares de encuentro, el tiempo me ha llevado al convencimiento de que yo era pájaro de cortos vuelos y como pequeño pájaro cantor me he ido posando en los lugares cercanos que había flor.

    Un abrazo.

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