Tic...tic...tic...
Lluvia en el suelo, en el tejado, en los espejos del microcosmos que habitamos. Gotas que añaden peso a los párpados, que desbordan el lagrimal incapaz de soportar más caudal. Miradas extraviadas sujetas al ombligo.
Sonrisas abandonadas que la lluvia deshace en un muro de cristal.
Mari Carmen, sólo puedo decirte que no recuerdo un momento de lágrimas deslizándose por las mejillas, a modo de gotas de fina lluvia resbalando por un cristal, con tanta emoción, intimidad e intensidad como el recogido en este bello texto. La música elegida, sin duda, ha ayudado a que así sea.
ResponderEliminarMari Carmen, bellísimo instante. Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Alicia, por tus generosas palabras. Me alegro de que te guste el texto...el bello instante lo pones tú al compartirlo conmigo.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
Poco puedo añadir a las palabras de Alicia. Me empapo de tu lluvia, de tan hermnosas palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
hermosas, quería decir (estoy con un ordenador que no es el mío y no controlo).
ResponderEliminarOtro abrazo.
Gracias, Maribel, me gustaría que este texto sirviera para exorcizar las penas, pero no puede ser...Al menos que nuestras lágrimas sean como una suave lluvia.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Me encantan esas "miradas extraviadas sujetas al ombligo". Espero que esos ojos encuentren otros ojos en los que mirarse. Con el verano las ciudades parecen un eterno domingo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jose, no hay mayor ciego que quien no quiere ver. Hay personas que prefieren mirar hacia otra parte y no ver lo que les rodea.
ResponderEliminar¿Qué te parece si te digo que a mí no me gustan las ciudades en verano? Me gusta el verano, claro que si, pero las ciudades parecen reflejos diluidos.
Si vienes a Bilbao en agosto encontrarás una ciudad de calles vacías, negocios cerrados...eso sí, encontrarás aparcamiento. Pero esa no es mi cuidad, faltan sus gentes, su ritmo, su personalidad, todo aquello que la hace única y diferente a las demás.
Gracias por tus palabras y compañía.
Besos y un fuerte abrazo
Gracias, Mari Carmen, antes de nada, por escoger este blog para compartir tus palabras.
ResponderEliminarCreo que este veranotoño que estamos viviendo en el norte, este julio tacaño y tibio nos empapa un poco a todos el ánimo. Ayer mismo fue una cortina de agua que invita a la contemplación, al ensimismamiento y a la nostalgia.
A esa precaria luz, asomados a la ventana de un invierno equivocado nos asaltan los recuerdos. No tardará, Mari Carmen, en pasar esta borrasca.
Un abrazo.
Da gusto despertarse y encontrar un comentario tan hermoso como el tuyo, Aster. Sentir el calor que el sol y el verano se niega a entregarnos ayuda a alejar la nostalgia y a poner cerco a la melancolía.
ResponderEliminar¿Dónde mejor podrían estar mis letras que en nuestra Nieve? Como dice Dorita en el mago de Oz, en ningún sitio como en casa... Gracias a ti.
Besos y un fuerte abrazo.
¿Es una invitación a ir de vacaciones a Bilbao, Mari Carmen?
ResponderEliminarUn abrazo.
Jose, ¿en qué lo has notado? Y yo que pensé que era la sutileza personificada jajajaja...Cuando quieras, tienes las puertas abiertas.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
A mi me encanta la lluvia en verano, pero no llorar. Aunque una cierta asunción de la tristeza, la otra cara de la alegría, no significa dimisión de la vida, sino entendimiento de la misma. Yo tengo buenos recuerdos de Bilbao en verano. Porque las tres veces que he estado allí ha sido en esta estación. Y, curiosamente, siempre ha sido poco tiempo, apenas un día. Hace años siempre de todo. Ojalá pueda ir en un futuro próximo. Precioso texto, Atxia, ya sabes, tu otro nombre de guerra en Literatura. Y en paz, espero.
ResponderEliminarSiempre es un gran placer andar por La Nieve y en esta ocasión, empapándonos con deliciosas gotas poéticas.
ResponderEliminarLa última frase me ha parecido simplemente sublime, Mari Carmen.
Te mando mi enhorabuena y un gran beso.
P.D: Y un abrazo para todos los amigos de este gran blog, repleto de comentarios inteligentes.
Sergio, qué ilusión me hace tu visita !!!! Me alegro de que te guste esta lluvia y de que llegaras a tiempo de mojarte un poquito.
ResponderEliminarTu sonrisa está a salvo, yo la recojo.
Besos y un fuerte abrazo.
Emilio, y a mí también pero cuando hace 30 grados. Es maravillosa la sensación de frescor, el aroma que desprende la tierra al recibir la caricia de la lluvia, andar descalza por la hierba mojada...Pero no cuando no para de llover. En este veranotoño, como tan bien ha llamado Aster a este mes de Julio, se te encoge un poco el ánimo. El alma es un tejido muy delicado que no soporta muy bien la humedad.
ResponderEliminarYo no digo que no merezca la pena visitar Bilbao en verano, al contrario. Lo que quiero decir es que para conocer y sentir una ciudad hay que hacerlo fuera del calendario estival. Pero claro, todo es cuestión de gustos, o de percepciones. A mí me gusta encontrarme a los escolares en los museos, a las amas de casa en el mercado, los metros abarrotados de personas que se dirigen a sus quehaceres cotidianos...Hasta los atascos.
Así que ya sabes lo que tienes que hacer, Emilio, venir a Bilbao, en...cuando quieras pero venir.
Besos y un fuerte abrazo.