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domingo, 24 de abril de 2011

XXXV SEMANA CULTURAL DE BURUJÓN

Me invita el Excmo. Ayuntamiento de Burujón a pronunciar el pregón de apertura de la XXXV Semana Cultural de la localidad... y esto es lo que creo que debo decir; aunque suene un poco a despedida. Está previsto que lo pronuncie sobre las 20,45 horas; y es esa hora a la que programo este bitácora para que lo saque el mundo. Casi va a ser en directo.

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Buenas tardes. Terminamos la Semana Santa y empezamos la trigésimo quinta Semana Cultural. Y es que no paramos. No podemos estarnos quietos. Tenemos que seguir unidos a la tradición, saciar la irrefrenable necesidad de definirnos, de delimitar con claridad meridiana aquello que nos diferencia del resto de nuestros conciudadanos. Una vez más estamos aquí para afirmarnos en los que somos. Nos gusta el teatro, y a eso venimos, a ver teatro. Nos gusta la bicicleta, y a eso vamos a Las Barrancas, a pedalear un poquito, a tomar el sol un poco más, a comernos el bocata, a bebernos el refresco, a saltar y a correr, y a andar de acá para allá; a charlar entre nosotros de eso que nos entusiasma. Nos gusta la lectura y nos reunimos en torno al Cuentacuentos; vamos a la escuela, con los más jóvenes. Y así en un sin fin de actos, de actividades… A esto le llamamos cultura, así en general.
Y esto viene pasando desde hace treinta y cinco años. Algunos de los presentes ni había nacido siquiera. A veces me pregunto qué nos impulsó a salir a la calle, a manifestarnos de esta manera. Le pregunto a Google que ocurría en España en mil novecientos setenta y seis – entonces, por no haber, no había ni ordenadores - , y me dice que Adolfo Suárez es nombrado Presidente del Gobierno. ¡Ah, sí, ahora recuerdo! Andábamos con aquello de la transición, en el intento de dotarnos de una fórmula de convivencia en la que cupiéramos todos, todos los que se sentían españoles, desde luego, fuera cual fuera su pensamiento. En aquel año no había en España casi nada de lo que hoy nos es tan próximo. Por no tener, no teníamos ni Constitución, ni Autonomías, ni habíamos siquiera elegido democráticamente a Don Luciano Soto García como alcalde de Burujón. Era cuando preguntábamos: ¿Quéesucd? Y nos contestábamos riendo. Nadie lo sabe. Lo que sucede realmente nadie lo sabe. Era un poco como es ahora. Porque, ¿quién sabe lo que realmente sucede en el mundo? ¡Está todo tan confuso!
Sí, entonces la Semana Cultural tenía su morbo político, la de Burujón no sé porque yo, entonces, no sabía ni que existía Burujón. Estaba en otras tierras, participaba en otras semanas culturales. Entonces España entera era un hervidero de semanas culturales. Salíamos a la calle a hacer una carrera popular y nos arriesgábamos a ponernos una pegatina del PSOE. Era otra cultura, eran otras gentes, éramos otros.
Pero aquello terminó, al menos en aquellas tierras lejanas del pasado de las que hablo. Aquel movimiento de la gente del pueblo se fue apagando hasta que no quedó ni el recuerdo. Se hizo todo humo de intrahistoria. No ha ocurrido así aquí, en Burujón. No sé si en los otros pueblos vecinos de la provincia de Toledo la semana cultural continúa, ni si está tan arraigada como en Burujón. Lo que sí se, es que aquella necesidad de buscar y encontrar nuestra identidad ha ido penetrando en el ser y el sentir de todos y cada uno de nosotros, y forma ya parte de nuestra misma manera de ser. Don Antonio Rodríguez Carrasco, desde la alcaldía, durante muchos años, ha impulsado estas semanas culturales. Y ha sido eso precisamente lo que ha salvado esta Semana Cultural, el apoyo de las instituciones oficiales. La semana cultural se ha institucionalizado. Los dirigentes políticos de Burujón han creído en las semanas culturales, han apoyado las semanas culturales, han empujado el carro de la cultura cuando éste se había quedado atascado en el barro de la inanidad; o sea, han querido que nos mostremos como somos, que nos definamos, que digamos alto y claro nos gusta esto y no aquello, somos esto y no queremos ser aquello otro. A lo mejor ese apoyo no ha sido, o no ha podido ser, tanto como algunos hubieran querido, pero sí ha sido en la proporción precisa para que, paso a paso, se fuera fraguando una realidad histórica que hoy abre su treinta y cinco puerta de la cultura popular de Burujón.
Tenemos una semana cultural que es uno de los puntos de interés publicitarios de todos los burujoneros. Si alguien pregunta por las fiestas de Burujón podríamos decir que junto con San Pantaleón y San Blas, la semana cultural, es un momento de encuentro festivo, lúdico; también, como no, enriquecedor cara al conocimiento de los otros.
Aquel motivo político del arranque de esta semana cultural, que fue poco a poco calando hondo en nosotros, tuvo su reverdecer con la entrada en el ayuntamiento de Don Raúl de la Cruz de la Encina. De nuevo la primavera de la cultura saltó sobre los campos abiertos del corazón ilusionado de la gente. Como ya se ha dicho aquí, hicimos muchas cosas relacionadas con la palabra. Incluso nos atrevimos a recitar versos por la calle, con lo peligroso que es eso de la poesía. La poesía es un arma cargada de futuro, dijo el poeta. Yo diría que siempre es un arma cargada de pasión, pero en el presente. Hoy, si yo recito estos versos de Don Antonio - “Españolito que vienes/al mundo, te guarde Dios,/una de las dos Españas/ha de helarte el corazón” -, no pasa nada. En el año mil novecientos ochenta y cinco, en esta misma villa de Burujón, estos versos fueron una provocación. Al fondo de la sala donde se recitaron se oyeron algunas palabras que prefiero olvidar.
Eran otros tiempos sin duda. Tiempos revueltos, tiempos en los que los demás eran considerados personas sólo si pensaban lo mismo que nosotros pensábamos. Si no, no lo eran; bueno eran el objetivo a erradicar. Un poco como ahora, ¿no? ¿Un poco? No sé. ¿Estamos ahora dispuestos a escuchar a los otros? A los que no piensan como nosotros, a los que creen en Dios, a los que creen en otro Dios u otros dioses. ¿Estamos dispuestos a acoger a los inmigrantes como lo que realmente son, uno más, a considerarles personas con los mismos derechos que nos amparan a nosotros? Porque hay una cosa clara. Desde aquel tiempo de zozobras construimos un espacio de concordia, con todas las imperfecciones propias de lo humano, sí. Pero un espacio de paz en el que todo era posible, en el que todo, o todo lo razonablemente posible, ha sido posible.
Es hora de dejar en mano de los jóvenes lo que es suyo, el futuro, es decir esta semana cultural. Nosotros hemos construidos nuestro futuro, nos hemos ajustado a él, casi nos hemos convertido en él. Ahora estamos aquí, sentados a la vera del camino, viéndoos a vosotros marchar. Porque nuestro futuro es el pasado reciente vuestro, a vosotros, jóvenes de Burujón, me refiero. Porque vuestro futuro, para nosotros, se pierde, se perderá pronto en las nieblas de lo inalcanzable. Desde aquí os llamo a participar en esta semana cultural, y después en todo lo concerniente a la vida en comunidad del pueblo. Os llamo a hacer presente, a construir vuestro futuro junto a vuestro vecino. Sin vosotros nada es posible. Por eso, para inaugurar esta trigésimo quinta semana cultura, os invito a proclamar conmigo.

Viva la Semana Cultural.
Viva Burujón.
Viva la juventud de Burujón.


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Un abrazo a todos los amigos de esta hermosa realidad llamada LA NIEVE.


Santiago Solano



4 comentarios:

  1. Este pregón, este discurso, esta reflexión, es una pieza cultural única, un escrito de enorme altura, como propio del creador que lo ha elaborado y pronunciado. Si el nivel de escritor de Santiago Solano Grande era conocido por su obra, sus palabras de apertura e inauguración de la Semana Cultural de Burujón merecen ser enmarcadas, no sólo en el pueblo, sino también para el pueblo en el otro sentido de la palabra, en este caso para la población española, para todos aquellos que vemos pasar el tiempo aquí y ahora y participamos de nuestras historias personales y de la Historia general.
    Al final los eventos vuelan, aunque se guarden fotográficamente en la memoria, pero los documentos escritos quedan. Y éste merece quedarse fuera de los límites de su finalidad concreta, de la efemérides a la que sirve. Porque es un manifiesto cultural de altura, lleno de pensamiento, que concita, además, análisis y movimiento. En paz y hacia adelante.
    Enhorabuena a Burujón por tener entre sus hijos predilectos a este gran escritor.

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  2. Santiago, a mi este pregón no me suena en absoluto a despedida. Me suena a una carrera de relevos. En la misma, nada tiene sentido si no se transmite el testigo del presente a los jóvenes del futuro ayudándoles a no caer en errores del pasado. Con ese gesto, y tras un camino bien recorrido, tendremos la esperanza y la ilusión de que ellos, los jóvenes, lo continúen construyendo. Si ellos "triunfan", todos nos sentiremos triunfadores por ser del mismo equipo.

    Te felicito por ser profeta en la tierra que tan buenos momentos creativos te ha regalado y por apostar por la carrera de la cultura que anualmente se celebra en ella. Elena seguro que se sentirá muy emocionada al escucharte.

    Un abrazo a ambos.

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  3. “Lo que sí se, es que aquella necesidad de buscar y encontrar nuestra identidad ha ido penetrando en el ser y el sentir de todos y cada uno de nosotros, y forma ya parte de nuestra misma manera de ser.”

    “Desde aquel tiempo de zozobras construimos un espacio de concordia, con todas las imperfecciones propias de lo humano, sí. Pero un espacio de paz en el que todo era posible, en el que todo, o todo lo razonablemente posible, ha sido posible.”

    Querido Santiago, aunque leí el texto, por primera vez, prácticamente a la vez en que tú lo pronunciaste, me acerco hoy, desde la quietud que me otorga esta tarde para dejarte estas palabras. He reseñado dos párrafos, podría hacerlo con más, pero estos son los que me parece que me hablan más de ti, de tu visión de la vida...

    Hace unos meses no conocía ni la existencia de Burujón...Ahora, mi lectura de este texto es distinta. Aunque fuera por unas horas, gracias a la hospitalidad de Elena y a la tuya, me sentí parte de ese pueblo, de ese paisaje. Te he visto allí, sé como te sientes allí, como lo amas, eso hace que mi lectura sea completamente distinta.

    Sé lo que ha tenido que significar para ti este discurso y sé el cariño con el que has querido compartirlo con nosotros...Gracias, Santiago por hacerlo, gracias de todo corazón.

    Besos y un fuerte abrazo.

    Viva la Semana Cultural.
    Viva Burujón.
    Viva la juventud de Burujón.

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  4. Estimados amigos - Emilio, Alicia, Mari Carmen -, me hubiera gustado contar con vuestra presencia en este acto, que fue sencillo, con gente sencilla y entrañable, como vosotros, mis amigos.
    Tras el acto, como vosotros, la gente vino a abrazarme, a felicitarme, a estar conmigo, a mi lado, como hacéis vosotros ahora con vuestras palabras.
    Elena y yo estábamos muy emocionados, sabiéndonos queridos, como aquí en La Nieve.

    Un fuerte abrazo para todos.

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