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martes, 7 de diciembre de 2010

ABRIR LA ESCOTILLA

A duras penas he conseguido levantarme y mirar por la escotilla. Son las seis de la tarde y después de dejarme caer en la cubeta de agua caliente como un peso muerto movido por la inercia, consigo salir del hueco y del vacío y sentir que la atmósfera- sólo la atmósfera – seca mi cuerpo. Hace unas horas había tomado una decisión tajante: no relacionarme prácticamente con nadie. Olvidar los intentos de cualquier relación y dejar simplemente que mis ojos se fijen en una pantalla extraña en la que, casi permanentemente, aparecen imágenes de lugares exóticos bañados por mares que me resultan a la vez lejanos y cercanos. O en películas de otras épocas que se reponen con continuidad llevándome a un mundo pasivo que recorre mi mente sin el esfuerzo de clasificar. Eso y el silencio. El silencio lleno de conceptos que únicamente emito a través de un teclado mágico que convierte mis pensamientos en grafismos inteligibles y que se guardan o se envían según las circunstancias y el momento. Casi todo lo que necesito está en mi mente y entre las paredes de este lugar, que cierro a cal y canto para que nadie entre. Creo, de esta forma, que nadie penetra en mi interior y me mantengo a salvo del asalto implacable y continúo del mayor depredador que existe: el tiempo.

Y, sin embargo, algunos deseos interiores llaman a veces a mi puerta y se hacen presentes de forma engañosa. Quieren que embale mis escritos y los lleve de un lugar a otro para que tengan difusión. Afortunadamente el dolor y el cansancio me llevan a una plataforma de sensatez y lucidez que me impide emprender recorridos inútiles. De vez en cuando, cojo algunos libros y los pongo en mis manos, sobre la mesa. Los miro y me detengo en lo que significan: el empeño. El empeño que me ha llevado hasta aquí, pero que dudo que pueda llevarme mucho más lejos. En realidad no importa mucho. Porque mucho más lejos es una distancia ridícula en comparación con la trayectoria del universo, lo que llamamos universo, que no es más que el techo de nuestra mente, tan inexistente, quizás, como la trascendencia, tan inexistente como todo lo que creemos percibir. Cuando pienso en estas cosas hago todavía un último esfuerzo para no quedar definitivamente narcotizado por la inteligencia. Dejo de pensar, abro la escotilla y veo, si tengo suerte, saltar algún delfín.

David Nihalat

24 comentarios:

  1. Mi amigo David Nihalat me envía esta reflexión y una mini-nota biográfica para que la publiquemos en La Nieve, junto con su escrito. La pongo a continuación, como breve referencia de quien es. De paso me gustaría decir que el camino del ser humano es siempre una batalla contra el tiempo y las dificultades. Pero, sin duda, la voluntad de no dejarse vencer por el escepticismo es lo que nos hace caminar. David es un ejemplo en estos temas. Un buen día decidió irse a Australia a vivir y trabajar...y allí sigue, contra viento y marea. Ahora veo que navegando también, o eso parece. De vez en cuando da la impresión de que se cansa de luchar pero entonces abre la escotilla y mira el horizonte. Supongo que la escotilla es una metáfora. Lo del delfín...supongo que no.

    Port

    David Nihalat es profesor en la Universidad de Adelaida, en Australia. Traductor, pensador y ensayista, es un experto en Filosofía y en Literatura Hispana. De origen armenio, es un buen conocedor de España e Hispanoamérica y también del mundo anglo-sajón.

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  2. Pues mis felicitaciones a David. Es un hermoso texto con profundas reflexiones. Me quedo con la última: a veces es preferible dejar de pensar y abrir la escotilla.

    Abrazos.

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  3. Si abrimos la mente...y la mantenemos en calma, pese a todo, abrimos el corazón, Maribel. Son dos cosas que van unidas. A estas alturas lo tenemos claro. Es el modo de que, aunque se cierren puertas ocasionalmente, podamos seguir navegando.
    Es la Historia del Mundo. Nuestra historia. Un abrazo.

    Port

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  4. El uso de seudónimos y heterónimos literarios es algo de uso común en el mundo de la escritura. Me gustaría saber si David Nihalat realmente existe o es una firma del propio Emilio Porta o Port, en este caso ambos son el mismo, ¿no?. En el caso de que esta pregunta sea indiscreta aceptaría que no fuera contestada. Un saludo.

    Ana Aguirre ( Bermeo )

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  5. Estimada Ana Aguirre: Contesto como si de un consultorio se tratara. Realmente el mundo de la Literatura es un campo donde casi todo pertenece al mundo de la imaginación, aunque algunas cosas escritas se mezclen con la vida real. ¿Realidad o ficción?...¿realidad y ficción?. Para el escritor todo es lo mismo. Fernando Pessoa fue más Alvaro de Campos, por ejemplo, que él mismo. Hasta el punto de que, muchas veces, firmaba cartas como Alvaro y se las enviaba a sus conocidos. Incluso llegó a establecer debates periodísticos y literarios entre ellos. En el caso de Pessoa el tema estaba claro, pese a la biografía que le creó a su personaje: Alvaro de Campos era un heterónimo del autor.
    Me estás preguntando si soy un imitador, en este caso, de Pessoa. Y tengo que decirte que soy un gran admirador suyo. Sin duda estoy en la tentación de decirte que me pasa con David Nihalat lo mismo que a Fernando con Alvaro pero me temo que me extralimitaría en mis atribuciones y que quizás a David no le guste. Espero que él mismo, desde Australia, si lo tiene a bien, aclare tus dudas. Yo, por mi parte, y dado que considero a David Nihalat un escritor con el que coincido casi plenamente en muchas de sus ideas y pensamientos, te puedo contestar que me haría una enorme ilusión que los lectores hicieran esta superposición. Aunque no se si esto sería, en parte, faltar a la verdad. Claro que...¿qué es la verdad?...
    Un saludo.

    Port

    (Espero que David, si escribe desde Adelaida - aunque estos días está de viaje y ha dejado el tema de la inserción y los comentarios en mis manos - sea más explícito)

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  6. Me pillas en un aeropuerto con el portatil...y no puedo ser más explícito porque voy a dar una conferencia en Melbourne y están anunciando el embarque. Así que todo lo que tú digas o hagas estará bien. No tengo ego y estoy acostumbrado a que nos confundan, Emilio, o que tú te confundas conmigo. De todas formas reconozco que es divertido el juego y que quizás sea mejor que cada uno crea lo que quiera. Tú, Port, y yo, somos como hermanos. Me gusta esa mezcla entre realidad e irrealidad que se ha creado. Un abrazo.

    David

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  7. Precioso texto y preciosas reflexiones que se dan también en los comentarios. Personalmente la mezcla de realidad y ficción me encanta.
    Saludos

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  8. Gracias, Begoña. Es el propio juego de la vida. Las cosas no son objetivas en sí. Nosotros les conferimos sus propiedades con la mirada. Esa es la filosofía que está detrás de la propia física cuántica. Y yo creo que entre escritores el mundo de la fantasía es tan real como el mundo concreto que a nosotros nos parece tangible.

    Port ( En nombre propio y en nombre de David )

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  9. En realidad vemos con la imaginación, porque lo que vemos no es en realidad lo que es. Los ojos nos engañan. En algún lugar he leído que los peces ven todo plano y en blanco y negro. Y parece ser que la materia que nosotros "tocamos" es tan sólida en realidad como el propio aire. Átomos que se atraen y forman un tejido...o eso nos parece. Si, cuando soñamos nos damos cuenta de que lo que sucede, lo que vivimos, es percibido no por los sentidos, que sólo son vehículos, sino por las neuronas que conforman el tejido nervioso cerebral. Quizás me salgo un poco del tema pero me parece que el debate sobre qué es realidad y que es ficción es, no sólo literariamente apasionante, sino también desde el propio punto de vista científico. Saludos.

    Marc Estrada

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  10. Estimado Marc: Veo que me sigues, no sólo en mi blog personal, sino tambièn aquí.
    Pues...me encanta el debate si continúa también por estas lindes. Parece que las palabras de Begoña nos han llevado más allá de la propia entrada de David Nihalat.
    Un abrazo para tí y para nuestro grupo de Cadaqués. Espero que nuestro común amigo Joan, tan proclive, como buen artista que es, a decir que la única realidad es el Arte ( entendiendo la palabra, el lenguaje, también como objeto artístico y, por tanto, el pensamiento como obra de Arte ) se mantenga al margen y no nos acribille con su idea de que en realidad todo es expresión creada por la primera forma del mismo. Saludos a todos, ya veo que La Nieve llega también a Cataluña.

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  11. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  12. Me gusta bajar al Abra y ver como parten los valeros del puerto deportivo. Mi mente se agarra a la libertad que significa para mí el mar. Mi imaginación se embarca , soy capitana y dueña de mi rumbo. Desplego las velas, utilizo la fuerza del viento y navego hacia donde quiero.

    ¿Realidad o ficción? Es cierto que mi imaginación viaja junto al barco pero ¿y lo que siento al verlos partir? Ese sentimiento no es ficción, es real...¿Alguien puede decirme que no he viajado en un velero? No creo haber contado ninguna mentira, ni una ficción, sino una realidad...porque en todo lo que escribimos están nuestros pensamientos, sentimientos, deseos, sueños...tan reales como la vida misma. ¿Por lo tanto que importancia tiene quién sea el que firme los escritos?

    David, ya ves que tus textos y reflexiones siempre tiene repercusiones, y más si son un bello texto como éste. Así que continua escribiendo, deja que los sueños sean tu empeño, abre la escotilla, y esperemos ver delfines...Qué hermosos e inteligentes animales ¿verdad?

    Besos y abrazos para ti y el resto de los compañeros.

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  13. Acabo de aterrizar y me encuentro que los comentarios han crecido y la entrada está suponiendo un buen punto de encuentro...y de despegue, lo que me gusta, pues estoy bastante acostumbrado a volar. Se que eres una gran viajera, según me ha comentado Port, Mari Carmen. Ahora veo que tus viajes los haces más allá de los límites concretos de espacio y tiempo. Si, la mente es lo que nos da nuevas y mayores perspectivas...y rompe las barreras de lo que todos llaman realidad.
    Es curioso...me acabo de dar cuenta que he elegido los delfines como compañeros de travesía. Debe ser el respeto al pensamiento. Ellos no sólo nadan, piensan, y se comunican también. Y con códigos complejos.
    Gracias por tu bonito comentario. Espero que, en uno de tus viajes, llegues no sólo a la orilla de ese espléndido Mar Cantábrico, sino también al Pacífico, que conozco bien.

    David Nihalat

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  14. La importancia de todo es relativa. En realidad el hecho de la firma de un texto es, simplemente, un elemento de identificación. Pero, superado este tema con esta especie de juego conjunto entre David y yo que nos sirve, además, para dar otra dimensión a la escritura, e incluso a los comentarios y las reflexiones, yo creo al autor si le importa siempre que le relacionen con su obra. Pessoa quería ser Pessoa y George Sand quería ser Aurore Lupin, su verdadero nombre fuera de la Literatura...Lo que pasa es que Alvaro de Campos era tan Pessoa como el propio Fernando... y George Sand era un escritor que vestía como hombre siendo una mujer, a pesar de su relación amorosa con Federico Chopin. Yo creo que la vida tiene una parte lúdica que, en algunas personas, es casi un imperativo. No es un disfraz...sino una creación de personajes que nos acompañan. Si todo es parte de un juego se añade una faceta más a la propia actividad creadora y a la expresión. En cualquier caso, el tema de los nombres, en general, es una cuestión social, y hay muchos autores - yo mismo, que he pasado, desde que empecé a escribir, Porta a primer apellido, siendo mío pero no el primero - y ya sólo, desde hace años, me reconozco por él, que nos gusta elegir la denominación y cambiar los datos del carnet con el que los Estados y las Administraciones nos encajan y delimitan.
    Y, sobre todo, nos controlan. Era sólo una nueva pequeña reflexión a añadir.

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  15. Por cierto, Port...no es que importe mucho... pero...¿tú crees que, después de todo lo dicho, alguien puede asegurar algo al respecto de si somos dos o uno...o incluso tres?. Yo mismo, a pesar de asegurarte que estoy ahora mismo en Melbourne, en plena Federation Square, en el Ian Potter Centre, uno de los lugares culturales emblemáticos de la ciudad, estoy hecho un lío. !No puedo asegurar ni quien soy! Entre todos habéis conseguido confundirme hasta a mí...

    David

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  16. Tú mismo, David, tú mismo...
    Anda, da la conferencia que nos has comentado, pásalo lo mejor posible en tu visita a esa ciudad...y no le des muchas vueltas al tema...

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  17. Vaya pareja de...almas gemelas que estáis hechos.

    Como bien dice Emilio, todo tiene una importancia relativa, y elegir firmar con el nombre, con un seudónimo o heterónimo es decisión personal de cada autor. Existirán tantas razones como escritores y, desde luego, todas admisibles y válidas.

    Hasta hace meses, ni siquiera me había planteado la cuestión. Pero tuve que hacerlo y, como veis, he recuperado la “K” de mi apellido que es con el que me siento cómoda e identificada (llevo utilizándola desde los 16 años, excepto para temas legales ) y no es el que consta en el registro civil.

    También he participado y he disfrutado con la creación de personajes, que como dice Emilio no es un engaño, sino otra forma de expresión y creación literaria. Este fin de semana, sin ir más lejos, he mantenido una conversación con una condesa, sobre la vida y la muerte, muy interesante.

    Y ahora cada mochuelo a su olivo...

    David, te aseguro que en alguno de mis viajes llegaré al Pacífico, sobre todo ahora que os llega el verano austral.

    Besos y abrazos para los dos.

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  18. "Somos una infinitesimal parte de un todo...nada más y nada menos" dice usted en otra bitácora. Muy cierto, señora Azkona. Y el todo - el todo presente - no sería ese todo, sospecho, si faltara esa parte infinitesimal. Es decir, que nuestra infinitesimal presencia confiere diferencia a cada todo. Por lo demás, sus conversaciones en Escritores en Red con la Condesa - o su fantasma - amiga de Santiago Solano son muy interesantes. Una extraña aristócrata esa señora...o ente. Supongo que podría usted tener la misma conversación con el escritor señor Solano que mantiene con los señores Porta y Nihalat al respecto. Saludos y perdón por intervenir de nuevo pero mi espíritu investigador me ha llevado a visitar esa otra página web.

    Marc Estrada

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  19. Veo, Marc, que te has aficionado a nuestros encuentros. Lo celebro. Eres un buen curioso, como buen profesor de instituto, y te gusta seguir el hilo de los temas. Y parece que por el hilo de esta entrada se llega a otros ovillos. En realidad La Nieve y Escritores en Red tienen muchos puntos en común, empezando por algunos colaboradores y miembros de ambos colectivos. Así que estás invitado a los dos foros.

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  20. Estimado Marc, Sí somos una infinitesimal parte de un todo, pequeña, minúscula quizás pero importante porque si no, como bien dice usted, no existiría el todo. Todos tenemos una función y dejamos huellas, todos somos motores y receptores...nada sería igual, marcamos diferencia.

    Sobre las conversaciones con la condesa...por supuesto que podría tener la misma conversación con el señor Solano. Mi respuesta sería la misma, cambiaría el tono de la escritura no el fondo.

    No hay nada que perdonar y si agradecer su comentario. Estoy encantada de conocerle y espero siga frecuentando, si así lo desea, ambos espacios. Será bienvenido tanto en La Nieve como en Escritores.

    Un cordial saludo.

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  21. Gracias por la invitación, Mari Carmen. Y por aceptar y colaborar en el juego. Supongo que hay algo de ficción también en lo de la condesa. Espero que ella haya sabido encajar mis palabras llamandóla ente. Mi intención era situar su realidad. El significado de la palabra ente es tremendamente respetuoso y concreto: viene del sustantivo latino ens, que se refiere a lo que es, existe o puede existir.

    Marc Estrada.

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  22. David, tras leer tu entrada abri la escotilla. Tuve la suerte de ver un delfín.

    http://www.youtube.com/watch?v=J4WEkEAV1os&feature=player_embedded#!

    Un abrazo.

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  23. Gracias, David. Ya sabes dónde nos tienes.

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  24. Lo que demuestra, Alicia, que el perro es el mejor amigo del hombre...hasta que se encuentra con un delfín. Gracias por estar ahí.

    David N.

    Y lo mismo te digo, Aster. Un abrazo a los dos.

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