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martes, 14 de septiembre de 2010

Septiembre


y cuando en la pizarra pasa lista el profe de latín...
Joaquín Sabina


Como cada curso, al volver a las aulas, me asalta el miedo. Hace años era el miedo a que aquellos adolescentes me cogieran la sobaquera o se me subieran a las barbas.
A aquel temor lo ha ido sustituyendo otro. Tengo un miedo cerval a defraudarles. Utilizan para comunicarse las nuevas tecnologías; en lugar de leer, escanean; poco o nada los atrapa o fascina pues a través de sus pantallas reciben una información mucho más atractiva y sorprendente que la que yo les ofrezco en la pizarra; ellos y ellas tienen siempre quince años y yo uno más.
Todos los cursos, al volver al aula, me asalta el miedo a que pasados los primeros días empiecen a escucharme con condescendencia, bostecen y giren la vista hacia la ventana.

11 comentarios:

  1. Aster, esta entrada me ha hecho reflexionar sobre el único miedo que puedo sentir desde la tarima. Es el de defraudarles como persona. Creo que es evidente la incorporación de nuevos e innovadores recursos al proceso educativo y vital de nuestro alumnado. Sin embargo, la relación alumn@-profes@r- no tanto en cuanto a transmisión de conocimientos si no en cuanto a intercomunicación – no se puede sustituir tan fácilmente por una máquina y en eso es primordial que no defraudemos. Creo que ellos notan si un profes@r pone ilusión y cree en lo que hace. Es entonces cuando se te olvida la soledad de la tarima. Yo jamás he sentido esa soledad en compañía que cuentan algunos compañeros.
    Aster, nosotros, en alguna medida y salvando distancias, somos como actores con varias representaciones diarias. Tenemos el público garantizado. En nuestras manos queda-sé que ambos nos lo curramos- representar la misma obra cada año con los cambios de matices necesarios para conseguir que les llegue mensajes de forma amena.
    Besos.

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  2. Fíjate que me da a mí en la naríz que eso no pasará. Fíjate que sospecho que puede ocurrir todo lo contrario, que los alumnos estén deseos de llegar a tus clases. Fíjate que hasta creo que algunos se aficionarán a la literatura, y la disfrutarán.
    Fuera miedos, entonces.
    Y feliz retorno a las aulas.
    Un abrazo.

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  3. Muy apropiado el vídeo para ilustrar tus miedos. Pero no debes tenerlo.
    Tu preocupación te hace ser un gran profesor, dominas las tecnologías, eres ingenioso...

    Con tus juegos de palabras estoy seguro de que sabrás atraparlos y acompañarlos.

    Besos y un fuerte abrazo.

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  4. Gracias, Alicia. Tomo buena nota de tus palabras y, sobre todo, de tu enorme experiencia.

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  5. Gracias Maribel. Haremos todo lo posible.

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  6. Gracias Mari Carmen. Esperemos que ellos piensen lo mismo.
    Un besazo.

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  7. Hola Aster,


    Estoy seguro de que tu inseguridad deriva del deseo de querer mejorar, y eso es imprescindible para cualquier profesional que se precie. Es más, para cualquier persona.
    Lo aburrido, lo difícil es no querer cambiar.
    Feliz comienzo de curso.

    Un abrazo,

    Jose

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  8. Siempre nos sorprendes, Aster. Gran entrada, pues nos lleva a reflexionar. Pero el gran comentario de Alicia, todos los comentarios, demuestran que el problema no está en lo que se enseña...sino en como se hace, en la interacción personal entre profesor, monitor, animador...y alumno o receptor.
    En cualquier caso ya nos podemos ir despidiendo de algunos hábitos anteriores. Ojalá tuvieras razón, Maribel. Pero hoy le hacian una entrevista a un chaval muy majo, Ozil, futbolista alemán por el que el Madrid ha pagado 20 millones de euros. En la entrevista le pedían que eligiera un...de todo. Una actriz, un deportista, una ciudad...etc. Y también un libro y un escritor. Ha contestado a todas las preguntas menos a esas dos. Al pedirle el nombre de un escritor ha contestado: "Ninguno". ¿Y un libro? "Ninguno". Y lo ha hecho, sonriendo - parece educado y buena gente, le encanta la música y toca en un grupo en ratos libres - y sin la más mínima vergüenza, como algo normal.

    Tengo datos confidenciales de un estudio encargado por un grupo editorial de los índices de lectura en España de chicos y chicas de 15 a 18 años...y las "proyecciones" futuras. Y os quedaríais helados al saber cuántos libros que no sean de sus materias leen y leerán. El índice de las chicas lectoras se sitúa del diez al veinte por ciento con pequeña variación actual y futura, incluso después de esa edad. Pero la cifra de los chicos...estará pronto cercana al...tres por ciento...tope. Sin embargo el 95 por ciento son habituales de consolas y ordenador. No significa que tengan menos cultura ( instrucción ) que antes...pero si una cultura bastante diferente a lo que entendíamos nosotros por cultura hace tiempo. Afortunadamente, como dice Mari Carmen, Aster conoce y domina todas las tecnologías.
    Es curioso...no se leerá...en papel, pero si en mensajes, información diversa en internet...y sobre todo, no se lee...pero casi todo el mundo escribe. En la pantalla y los blogs personales, eso sí. Mensajitos, conversaciones, etc. Y también, además de mails, ese-m-eses...
    Escribimos mejor...en general, pues hay mayor nivel de instrucción...aunque leamos menos. Nosotros mismos leemos menos. Vemos más cine, televisión ( incluso programas de viajes, culturales...) Es un problema de que el mundo ahora es audiovisual...y nosotros pertenecemos al mundo. Los libros nos interesan, fundamentalmente, a los autores. Y en cuánto a lectores, algo a las mujeres...y muy poco o nada a los hombres. Esta es la aplastante realidad.

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  9. Gracias, José Antonio. Imagino que tú también te estás incorporando a tu labor docente con idénticos miedos e ilusiones.
    Un abrazo.

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  10. Gracias, Emilio. El ejemplo -para muestra bien vale un botón- que das del deportista es muy elocuente.
    Tal vez -creo ver la esperanza entre líneas- tengamos que aceptar nuevas formas de escribir y de leer.
    Un abrazo.

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  11. Efectivamente, Aster, ya me queda poco para comenzar nuevo curso. Aunque lo mío es algo más relajado, no es fácil. Mi reto es el de ser un buen comunicador y conseguir que el alumno comprenda en cuatro palabras las lecciones aparentemente más difíciles.
    Como uno de tus cuentos.

    Un abrazo.

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