Tenía que llegar. Fíjense lo que está pasando con la Verdad, que anda la pobre ninguneada por los telediarios donde se asegura que, salvo algunas cosas, todo es falso; ya notaba yo algo pero, quieras que no, cuando te lo certifican, duele, descoloca. Terrible, elocuente, por cierto, la palabra cosa...
Pero, siendo sincero, lo de la Belleza no me lo esperaba... Salía un servidor del metro en Deusto y se dio de morros con esta oferta irresistible en una perfumería, con esta belleza de saldo... y no se atrevió a entrar. Con lo necesitadito que empieza a andar uno de un repaso de chapa y pintura, con lo justito que anda uno de belleza y de Belleza. Tal vez, sí, debería haber aprovechado la oportunidad: imagino que si llegas a casa y no es la Belleza que esperas, te devolverán el dinero y podrás comprar -se ha puesto por las nubes- un poco de Justicia o cambiarla por alguna pequeña cosa que sea Verdad de verdad.
No sé; aún estoy confundido, la verdad. Una oferta así me parece mentira.
No sé; aún estoy confundido, la verdad. Una oferta así me parece mentira.
No me extraña tu confusión, Aster. Por cierto, la "confusión" directamente la están regalando por todos lados. Y la "verdad" anda muy cara, intocable, vamos. Casi que nos convendría quedarnos con la "belleza" de saldo.
ResponderEliminarGenial juego de palabras y reflexiones.
Un abrazo.
Un abrazo, Maribel.
EliminarUn abrazo, Maribel.
EliminarLos acertijos están a la orden del día. La verdad ya ni para la belleza alcanza.
ResponderEliminarAbrazos en saldo.
La vida, Sergio, es una adivinanza.
EliminarGracias, Sergio.
ResponderEliminarYo me imagino que LA BELLEZA es una antigua modelo que, entrada en la cuarentena, ha decidido bajar el caché para que la contraten.
ResponderEliminarPero ni por esas.
Un abrazo.
Qué bueno, José Antonio. Una buena vuelta de tuerca al texto.
Eliminar¡Ah! que gozada de texto, Aster. He acabado con mascarilla de melocotón para quitar las arrugas que se han formado tras la lectura. La ironía magnífica, es lo que tiene.
ResponderEliminarAbrazos.
Un abrazo auténtico Juji.
EliminarAster, me ha encantado la sutil ironía con la que has vestido a la humillada verdad, a la devalorada belleza y a la ninguneada justicia en este especial desfile de mises en decadencia.
ResponderEliminarQuedamos a la espera de mejores tiempos. De mientras, gracias por recordarme que tengo que pasar por esa perfumería a por mi regalo de fidelidad-por haber acumulado 3000 pétalos-me puedo llevar cualquier producto de la tienda ¿Será verdad? ¿Será que han valorado mi belleza y no confían en que pase a pagar el 50%? No me voy a plantear si es justo, mañana mismo paso en su busca.
Un abrazo.
¿3000 pétalos? ¿De los de verdad?
EliminarUn besazo, Alicia.
Ojalá fuesen rojos y de verdad para reproducir las míticas imágenes de American Beauty, ja,ja,ja. Por cierto, que no sé si sabes que “American Beauty” alude a un tipo de rosa roja que se cultiva en Estados Unidos, y que no tiene espinas ni olor, una flor muy hermosa pero su belleza es estéril, carece de sentido.
EliminarPasando a los pétalos de la perfumería Yves Rocher, te diré que cada vez que haces una compra, en vez de puntos, se acumulan pétalos. Cuando se llega a 3000-en un pilón de años es la segunda vez que llego-mandan una carta para pasar a recoger el producto preferido de toda la tienda, es todo un detalle.
Felices descanso de carnaval.
Devaluada, quise decir devaluada.
ResponderEliminarSolo alguien que sabe mirar como tú, Aster, es capaz de escribir un texto como este. Yo hubiera mirado el cartel, el escaparate, y poco más. Sin embargo tú has mirado más allá. Enhorabuena.
ResponderEliminarCuida esa mirada, tan cautivadora, irónica y elegante, y no dejes de compartirla con nosotr@s.
Besos y abrazos.
Gracias, Mari Carmen.
EliminarUn abrazo.