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viernes, 18 de marzo de 2011

Viernes


El hombre se dispone a bajar la basura como todas las noches. En la bolsa lleva embutido el jueves, diecisiete de Marzo. En su fondo, las cáscaras de naranja, los posos del café; en su cima, el botellín de cerveza con que ha acompañado la cena.

Se agacha para cerrar la bolsa y le llega el olor dulzón de los desechos: el jueves comienza a pudrirse. El plástico, además, debe tener algún agujero por el que el pobre jueves se desangra. El hombre corre a la calle y, al arrojarlo al contenedor, respira aliviado.

Se despierta la mañana del viernes, coloca una nueva bolsa y va arrojando en ella las cáscaras de naranja.

Se detiene un instante, pensativo, con la última peladura en la mano.

En fin.

8 comentarios:

  1. Sólo te puedo decir, Aster, que si la distancia lo permitiera te invitaría a un botellín de cerveza y a otro y a otro. Estoy seguro de que la velada sería mucho más agradable. Y no lo digo por el alcohol.

    Un abrazo.

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  2. Aster, va a ser que yo me quedo con el sábado. A ver si alguien se atreve con el domingo que sucumbe al lunes ja,ja,ja.

    SABADO
    La mujer se dispone a ir al baño mientras su compañero, como todas las noches que cena en su casa, se dirige a preparar las copas. El neceser parece estar lleno de viernes dieciocho de marzo. En el fondo, el gel de masaje sensual que contiene aloe vera; a un lado, el frasco de colonia que a él tanto le seduce.

    Toma el neceser, termina de abrirle la cremallera y le llega ese olor a mezcla de rosas y azahar: el sábado comienza a despertarse. La lencería, además, muestra un color que en el festivo sábado despierta lujuria. La mujer, presurosa, se echa una gota de perfume en el dedo y, al aplicárselo detrás de la oreja, suspira apasionada.

    Se despierta la mañana del sábado, busca una postura cómoda y con los brazos se va acurrucando en él.

    Se mueve por un instante, sin pensarlo, con el último preservativo en la mano.

    Sin fin.

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  3. Siempre he temido a las restos de cada día. Y a las rutinas. Por eso, veces, se me olvida bajar la basura. En fin...

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  4. Aster, al leer el texto, tu magnifico texto, me he acordado de una película en la que el protagonista estaba destinado a vivir el mismo día una y otra vez. No recuerdo si el título era el día de la marmota, o algo parecido. Sonaba el despertador y la misma canción, las mismas caras, una y otra vez. Qué terrible es la rutina y qué fácil es caer en ella...

    Como siempre, genial. Enhorabuena.

    Un abrazo.

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  5. Estoy convencido de eso, José Antonio. De momento tendreemos que conformarnos con estos comentarios -cervezas- virtuales.
    Un abrazo.

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  6. Supongo, Emilio, que te habrás dado cuenta: has completado magistralmente el micro. Una vuelta de tuerca más.
    Un abrazo.

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  7. Alicia: mucho más positivo tu micro.
    Y ese "sin fin".
    Un abrazo.

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  8. Efectivamente, Mari Carmen: el día de la marmota.
    Sí que tienen cierto paralelismo, sí.
    Un abrazo.

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