Artemisa, por unos instantes y gracias a algunas de las imágenes que aparecen he vuelto a unos momentos que recuerdo de mi niñez. Se trata de las grandes heladas que había por las mañanas-ahora ni las vemos por lo del cambio clmático- cuando iba a la escuela de Ruperto Medina. Iba saltando por los charcos para ir rompiendo las capas de hielo ¡Me encantaba! Como podrás suponer lo que nunca faltaba para esos días eran las botas katiuskas. Las tuve de todos los colores y las últimas ya con borreguito interior. Ahora las hay divinas y multicolor ¡Y se llevan por moda! Un abrazo
Gracias Artemisa por llevarnos por un paisaje helado en cálida compañía. La Naturaleza, la mejor artista plática...hace de todo una bella obra de arte.
Gracias por compartirlas, algunas son espectaculares.
ResponderEliminarUn abrazo.
Artemisa, por unos instantes y gracias a algunas de las imágenes que aparecen he vuelto a unos momentos que recuerdo de mi niñez. Se trata de las grandes heladas que había por las mañanas-ahora ni las vemos por lo del cambio clmático- cuando iba a la escuela de Ruperto Medina. Iba saltando por los charcos para ir rompiendo las capas de hielo ¡Me encantaba! Como podrás suponer lo que nunca faltaba para esos días eran las botas katiuskas. Las tuve de todos los colores y las últimas ya con borreguito interior. Ahora las hay divinas y multicolor ¡Y se llevan por moda!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Artemisa por llevarnos por un paisaje helado en cálida compañía. La Naturaleza, la mejor artista plática...hace de todo una bella obra de arte.
ResponderEliminarBesos y abrazos.