viernes, 26 de noviembre de 2010
Llámame
Crédito de la imagen
¿Contratamos un servicio Abrígate? –le pregunta la empleada de la agencia de viajes alargándole los bonos del vuelo y del hotel.
¿Abrígate? –pregunta extrañado el viajero.
Hay personas que llegan a destino y no tienen alguien querido a quien llamar. La vida y la muerte nos van dejando, ya sabe, tan solos.... Por un poco más usted tendrá un número al que telefonear: una madre (Abrígate, tesoro), una hija (Abrígate, papá), una esposa (Abrígate, cariño) –le explica pacientemente la joven.
Póngame, por favor, un Abrígate, tigre –se decide finalmente el hombre. Algo parecido al deseo le enturbia los ojos.
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Qué bueno, Aster. Es cierto, la vida y la muerte nos van dejando tan solos que un servicio de "Abrígate" tendría un gran éxito. Y que el cliente pueda elegir el tipo de "Abrígate" que desea ya es la leche. Genial micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aster, una vez patentado el servicio Abrígate-el Avísame no es tan personal-y teniendo en cuenta que me pediría un "Ven que te abrigo", yo propongo un nuevo servicio que acaso también nos pueda llega a venir bién. Se trata del sevicio Cuéntame. Yo si me llego a quedar verdaderamente sola lo pienso contratar, estoy segura que necesitaría contar ja, ja,ja.
ResponderEliminarYa te comento que tengo una compañera que mas de una vez se ha apuntado a una modalidad distinta de viaje para evitar estar sola. Se trata de viajes para impares, solteros o singles. Dice que la mejor manera de no sentirse sola es encontrando almas gemelas que comparten la misma soledad. De aquel viaje mantiene aún un gran amigo.
Besos.
Qué bueno Aster, genial este micro de verdad. Me recuerda al teléfono de la esperanza...aunque claro, dudo que allí te ofrezcan un “abrígate tigre” ja, ja, ja...
ResponderEliminarLo que si he visto en algún noticiero, es un servicio, ofrecido por algunos hoteles, de Calientacamas. Eh! Sin pensar mal, que os conozco. Sólo calentaban las camas, todo muy aséptico,
Besos y abrazos.
Hola Aster,
ResponderEliminarUn micro de gran calibre humano. Si hubiera sido el protagonista, también habría elegido el servicio "abrígate, tigre".
Pero, sin duda, estoy con Alicia en que preferiría un servicio de "cuéntame, pibe". Es mejor desnudarse de vez en cuando a que le abriguen a uno.
Un abrazo.
Mari Carmen, yo también vi por la tele el servicio de calientacamas y me quedé a cuadros. Prefiero la bolsa de agua caliente de toda la vida, jeje.
ResponderEliminarAbrazos.
Estoy de acuerdo contigo Maribel, por muy aséptico que pareciera, no sé, eso de que un desconocido se meta en mi cama...ja, ja, ja. Además existen unos calientacamas que enchufas 5 minutos a la red y duran 3 horas, seguro que da menos problemas. Aunque he de reconocer que el chico era mono...
ResponderEliminarBesos y abrazos
Magnífico...y original, como siempre, Aster. Se trasluce la personalidad del cliente...ese hombre que espera, no sólo cariño, sino reconocimiento de su condición, je, je. Me ha encantado. En que pocas palabras creas, no sólo una historia, sino también unos personajes capaces de deambular después por encima de las líneas que nos los traen. Qué bueno. Y abrígate que este fin de semana el pronóstico del tiempo, al menos por aquí, es helador.
ResponderEliminarPort
Maribel, Alicia, Mari Carmen, José Antonio: gracias. Siento no haberos respondido antes; me ha resultado imposible.
ResponderEliminarTiene que ser duro llegar a ese momento. Quedarte con un teléfono en la mano, sin saber a quién -sin tener a quién- llamar tras un viaje. Me viene ahora a la cabeza el título de García Márquez, "El coronel no tiene quien le escriba", no tiene quien le quiera, a quien le preocupe dónde demonios está, a dónde carajo ha ido.
Gracias, Mari Carmen, por ese guiño pícaro del calientacamas; le quita bastante hierro al momento.
La versión por la que apostáis Alicia y José Antonio -cuéntame, pibe- puede tener mercado, una versión cómplice del teléfono de la esperanza.
Gracias, Emilio, me abrigaré. Con amigos como vosotros creo que nunca llegaré a la amarga tesitura del protagonista: cada uno de vuestros comentarios es en el fondo un abrígate, compañero; cuídate, cuéntame...