Curioso el de esta droguería bilbaína, Goldaracena. Su propietario hace con cada producto un ejercicio de caligrafía.
A pluma.
Terrible este otro.
En fin.
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Va a ser mejor volver la vista hacia la nevera; nuestro frigo se descarga hasta en Japón.
Podéis seguir colaborando en este proyecto. Cada autor dispone de una sección personal en el volumen, que se baja gratuitamente desde aquí.
Un modesto escaparate para mostrar vuestras obras.
Aster, mas que incinerado quiero estar nevado.
ResponderEliminarSeguiremos difundiendo.
Abrazos
El negocio de la muerte y la locura de escribir. Espero que los japoneses no se tatúen nuestros micros al lado de un dragón rojo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues tampoco estaría mal jajaja
EliminarAlucinada me has dejado, Aster, lo de los decesos por defunción me parece tan terrible…Y lo añadir la edad y el parentesco… Uff. En cuanto a lo de la droguería ya he cogido la dirección para ir a visitarla. Qué bonita idea.
ResponderEliminarComo casi todo, la publicidad también tiene su cara y su cruz. Qué bien lo has documentado en imágenes. Gracias.
Besos y abrazos a todos.
Tan alucinada estoy que hasta me confundo. Quiero decir oferta decesos. ¿En qué estaría pensando? :-)
EliminarSergio, MariCarmen, José Antonio: gracias.
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