Hoy, a las 11:05 de la mañana, llegaba un nuevo otoño. La falta de luz- que se ha ido notando a lo largo de los días-, las frescas mañanas, los grises atardeceres, la fina lluvia, la vuelta a la rutina, esa sensación de recogimiento interior,…habían sido pistas que, a modo de las hojas que se iban despegando de los árboles, iban marcando el comienzo de esta nueva etapa. Quisiera poner música a esta recién comenzada estación con la canción más bella que nadie pudo regalar a un pueblo. UDAZKENA KOLOREETAN (EN LOS COLORES DE OTOÑO) del cantautor vasco Benito Lertxundi.
En los colores de otoño,
atravesando los perfumes de los campos,
evocándote, estoy en ti.
A la sombra del árbol desnudo,
amarillenta y rojiza
yace la hojarasca; todo duerme.
Recojo una hoja, es tan simple como bella,
tan sencilla al morir,
parece aún poseer toda la vitalidad del árbol.
Tanta dignidad al caer
me impulsa a cantarte.
De nuevo contemplo el árbol;
¿estará preocupado...?,
se diría que dibuja la sonrisa de la eternidad,
en la bondad de su libre transcurrir;
Y parece burlarse
de los sueños cultivados
en las entrañas del tiempo que me esclaviza.En los colores de otoño,
atravesando los perfumes de los campos,
evocándote, estoy en ti,
tan sencillo al morir,
tan simple al irte sin un adiós.
Preciosa manera de recibir al otoño. ¿Sabes que es mi estación favorita? Seguro que ya lo he dicho alguna vez. Gracias, Alicia, por traernos tan bellas melodía e imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Maribel, el otoño tiene un punto de retorno que me gusta. Además, comienza el momento del gran cambio de tonalidades, el viraje del verde a los amarillos, ocres y rojos… sorprendentes pinceladas de tonos cálidos para anunciar que los meses fríos del año están a la vuelta de la esquina.
ResponderEliminarLa canción es grandiosa. Y no me digas que no es bello lo de "la dignidad de la hoja al caer". En fin, que ya empiezo a caer en esa melancolía que nos suele embargar en esta época.
Feliz y fructífero otoño.
Preciosa entrada, Alicia, atravesar las puertas del otoño de las manos de Benito es la mejor manera de hacerlo.
ResponderEliminarCoincido con Maribel, es mi estación favorita y la más hermosa. Sus olores, su luz...nos invita a la serenidad, a la reflexión, a la meditación. Nos induce a sabernos parte de la naturaleza y sentimos la necesidad de hacer balance, de deshacernos de aquello que nos impide crecer.
Me gusta el otoño, no lo puedo remediar.
Besos y un fuerte abrazo
Mari Carmen, sabía que los ecos de Benito Lertxundi no tardarían en llegar a tus oídos.
ResponderEliminarEsta es una canción de otoño. De cómo el insigne árbol ha de ser testigo de su progresiva desnudez. Por otro lado, a mi me parece un canto alegórico. Esa explosión de colores en las hojas, a modo de fuegos artificiales, da a entender que la vida es efímera.
Benito, al igual que los arboles en otoño, se quedó como desnudo ante la muerte de su pianista. Este es un vals elegante que Benito Lertxundi dedica a su compañero de tantos conciertos. Acompañado con guitarra-el violín y el violoncelo también están presentes-la voz profunda de Benito Lertxundi hace que sea un momento emotivo de escucha. La letra, construida con retazos de naturaleza otoñal, te va poseyendo. Cuando la suave voz de Olatz Zugasti le da la réplica a Benito, la canción alcanza el punto más alto de emoción.
Yo intento saborear lo más bello de cada estación. Mañana iremos a buscar castañas y nos dejaremos embriagar por esos colores y olores que tú citas. Ya llegarán las lluvias para permanecer tras el cristal.
Un abrazo.
¡¡precioso poema!!, el Otoño es una de las estaciones mas inspirables.
ResponderEliminarfeliz fin de semana.
Ricardo, el naturalista Joaquín Araujo dice que el otoño es la estación de todo tipo de lluvias: de agua, de colores, de frutos secos, de fertilidad, de hongos, de amor, de olores, de sentimientos, de sensaciones, de palabras,...
ResponderEliminarTe deseo que entretejas en este otoño una lluvia de bellos poemas.
Gracias por pasarte.
Hay, Alicia, una extremada belleza en los objetos, en las hojas, en la piel tuneada por el tiempo.
ResponderEliminarEn la obra de Perez Galdós, “Marianela”, la protagonista-deforme por un accidente- le pregunta al ciego al que guía si sabe distinguir el día y la noche. Él contesta:
ResponderEliminar«Es de día cuando estamos juntos tú y yo; es de noche cuando nos separamos».
Aster, estoy completamente de acuerdo contigo. En el otoño, aunque haya menos claridad, también se encuentra la belleza si se busca con la mirada interior.
Un abrazo.
Alicia, he quedado prendado con la canción, que no he dejado de escuchar.
ResponderEliminarQue te puedo decir, Otoño soy aunque Sergio me llame.
Un abrazo siena tostado.
Sergio Astorga
Sergio, espero que hayas obtenido bellos trazos en el lienzo agitando el pincel al ritmo de este melancólico vals.
ResponderEliminarTodos, de alguna manera, somos y sentimos plenamente el otoño. Es una época de desnudarse en palabras. Sin pudor y con la dignidad de esas hojas que, pigmentadas de todos los colores, saben caer lenta y elegantemente porque adivinan que su fin será abono y origen de nueva vida.
Un abrazo azul de Prusia.
Vaya, Alicia, ha llegado el otoño y yo sin enterarme. Por Alicante se notan los primeros síntomas en la frescura de las mañanas y las noches, pero durante el día... esto es un secarral de mucho cuidado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jose Antonio, aquí hace un otoño de los que se desean. Mañanas frescas que despiertan el espíritu, días soleados que templan el alma y bellos atardeceres que hacen que de pereza retornar a casa.
ResponderEliminarCon respecto a los bosques, los hayedos y los robles están tomando un tono amarillento. El estallido del rojo todavía no se adivina. Los nogales se han quedado desnudos y los castaños están descargando ya los erizos repletos de sus frutos-el domingo hicimos buena recolección-. Se ha recogido ya la uva blanca para hacer el tradicional Txacolí y ya no quedan endrinas para el patxaran. La setas están a la espera de lluvia. Otras veces el otoño ha venido rápido. En esta ocasión hemos ido nosotros a su encuentro. Jose, en cuanto menos te lo esperés se apoderará de ti.
Un abrazo.