HALLOBLOGWEEN 2016

Un nuevo año nos llega la propuesta de participar en el Halloblogween. Se trata de escribir un relato sobre alguna criatura de las que actúan principalmente por la noche: vampiros, hombres lobo, aquelarres de brujas, the rake, la santa compaña....en fin, todo lo que se nos pueda ocurrir. 

Por cuestiones de trabajo de Teresa Cameselle, este año es Charo Cortés la que se encargará de dinamizar y recoger en su blog la relación de relatos aportados a esta terrorífica convocatoria. He aquí mi aportación. 

FIN DEL CICLO

Buscando refugio de una oscura y fría tarde llegué a aquella fiesta. Mi descendencia bien merecía buenos alimentos y al ver a tanta gente reunida pensé que acaso por allí habría buenos manjares para ser degustados. En un principio me extrañó que las vestimentas de los que parecían ser anfitriones, muy elegantes por cierto, fueran más bien oscuras. Sin embargo, no le di más vueltas al asunto. Con mi negro atuendo habitual iba engalanada al unísono con todos ellos. El color negro imprime un toque de distinción a quién lo lleva, aunque mucha gente piense que en mi caso no es así. Revoloteando entre los invitados fui percibiendo que un aura de tristeza les embargaba. Según me fui acercando a cada uno de ellos no se privaron de hacer un gesto para que me diera cuenta que, de alguna manera, les molestaba. Me costaba entender lo que estaba aconteciendo. En vez de estar todos exultantes de alegría, los acordes musicales que invadieron el recinto solo consiguieron imprimir una mayor sensación de desgarro y tristeza entre los asistentes. Con aquel panorama decidí quedarme quieta en una esquina desde donde poder ver todo el festejo hasta el comienzo del convite. Tras varios cantos y elogios, hacia el que parecía ser el homenajeado, se terminó el acto. Entonces, uno de los que lo dirigió la celebración, mucho más engalanado que el resto, invitó a acercarse a una gran caja. Fueron muy pocos los que así lo hicieron. Yo no lo entendí bien. Al ver que procedían a abrirla seguí adelante con mi plan de buscar comida. Con mucha discreción, para no recibir de nuevo un manotazo, me introduje en aquella caja de madera pulida y puse los huevos encima de lo que pronto dejaría de ser carne fresca. Mi ciclo como mosca adulta estaba a punto de terminar.  

Si os apetece llegar al resto de las aportaciones y estremeceros en vuestros asientos solo tenéis que teclear en la imagen.