Con su propia edad, sin cambiar de tamaño, septiembre viene con el sostenido bemol de su embeleco. Su estambre se enreda en el iliaco y nos deja saciados y con el sabor festivo.
Nuestra tarea será, no se admiten las protestas, amamantar nuestra inocencia con un manojo de perejil o de albahaca.
Saludos de extenso aliento.
Sergio Astorga
¿Pilas cargadas? Feliz septiembre a todos.
ResponderEliminarAbrazos.
Septiembre suena, Sergio, a comienzo. Nieve ilesa. Gracias por abrirnos su puerta.
ResponderEliminarSeptiembre, puerta a nuevas ilusiones y proyectos. Comencemos a andar y pronto se nos aparecerá el camino.
ResponderEliminarGracias Sergio por esta nueva hoja de almanaque.
Abrazos.
Abrazos para los neveros.
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