El pasado sábado 21 llegó el verano astronómico y con él de la mano la tradicional fiesta de San Juan. Mientras llega la hora de la quema de la
hoguera, vayamos a un viaje imaginario a través de las dos versiones de la mítica canción FIESTA de Juan Manuel Serrat. La
misma llegó a ser número uno en 1970 y
ha sido siempre una de las canciones más queridas por los seguidores del
cantautor.
Esta canción fue
modificada por la censura en
alguna de sus frases. En una edición reciente la compañía
discográfica de Serrat ha incluido la grabación original de aquella canción
rescatada de sus archivos y con la letra sin censurar.
Parte
de la letra decía, "banderas de papel lilas, rojas y amarillas"
en alusión a la bandera republicana, pero la censura obligó a cambiar este
apartado, transformando los colores en verdes. Hubo otros fragmentos censurados:
su mujer y su gabán (su tortilla y su gabán)
magreando a una muchacha (abrazando a una muchacha)
la zorra pobre al portal (la pobre vuelve al portal)
la zorra rica al rosal (la rica vuelve al rosal)
En
la canción se utiliza la ironía para crear una alusión que todo está bien.
Tiene un comentario social que demuestra la dicotomía y la desigualdad de la
sociedad española con una metáfora de una fiesta. La fiesta aquí sirve como una
distracción de la realidad. Cuando termine esta fiesta la gente vuelve a su
miseria, a la realidad de su sociedad. Es una canción con un mensaje muy
profundo que fue escrito de una manera irónica, único al estilo de Serrat, y
que, por desgracia, vuelve a ser tan actual como en los momentos en los que se
escribió, y mirad si ha llovido desde entonces.
A
pesar de todo, nos merecemos disfrutar de una noche mágica de San Juan. Que nos
quiten lo bailado.
La hoguera estaba dispuesta con imágenes de la mitología vasca. Tártalo-un malvado cíclope agresivo con un solo ojo en la frente y comedor de carne humana. Vivía en las cuevas y se decía que era tan grande que podía cruzar el mar sin mojarse los pantalones-. El mismo estaba acompañado de dos galtzagorris-los seres más pequeños de la mitología vasca suelen vestir con camisa blanca y pantalones rojos. Su vivienda son las cajas de alfileres donde viven 100 galtzagorris. Tienen mucha fuerza y velocidad con lo que suelen usar para trabajar para los humanos-.
En la parte inferior de la estructura había un habitáculo para que cada uno dejase lo dispuesto para quemar. Cuadernos del curso recién acabado se mezclaron con pequeñas notas de grandes deseos.
A las diez se prendía una gran cortina de luz y una traca indicaba el comienzo de la hoguera.
Los fuegos artificiales daban paso al reparto de chocolate y bizcochos para todos por cortesía de Ayuntamiento. Una larga fila con seis personas encargadas de repartir el dulce festín.
Para terminar la velada, la tradicional verbena a cargo del grupo EGAN.
La hoguera estaba dispuesta con imágenes de la mitología vasca. Tártalo-un malvado cíclope agresivo con un solo ojo en la frente y comedor de carne humana. Vivía en las cuevas y se decía que era tan grande que podía cruzar el mar sin mojarse los pantalones-. El mismo estaba acompañado de dos galtzagorris-los seres más pequeños de la mitología vasca suelen vestir con camisa blanca y pantalones rojos. Su vivienda son las cajas de alfileres donde viven 100 galtzagorris. Tienen mucha fuerza y velocidad con lo que suelen usar para trabajar para los humanos-.
En la parte inferior de la estructura había un habitáculo para que cada uno dejase lo dispuesto para quemar. Cuadernos del curso recién acabado se mezclaron con pequeñas notas de grandes deseos.
A las diez se prendía una gran cortina de luz y una traca indicaba el comienzo de la hoguera.
Los fuegos artificiales daban paso al reparto de chocolate y bizcochos para todos por cortesía de Ayuntamiento. Una larga fila con seis personas encargadas de repartir el dulce festín.
Para terminar la velada, la tradicional verbena a cargo del grupo EGAN.