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martes, 8 de julio de 2014

Como un turista



Hoy también he salido a la calle como un turista. Quiero saber qué ven los forasteros que nos visitan, por qué carajo vienen. Bermudas, sandalias, gafas de sol, smartphone en ristre, plano en mano... De vez en cuando me gusta -me preocupa también- ser un impostor.
Me he atrevido incluso a preguntar direcciones; una señora muy amable me ha sugerido un restaurante que yo nunca habría recomendado; un municipal, un hotel que de sobra sé que se va de mi presupuesto; un joven me ha acompañado hasta una insólita torre medieval que he visto cientos de veces; con total desparpajo he preguntado a un taxista por un puente inaudito junto al que paso diariamente.
Lo más importante es que me he asomado a la ciudad con otros ojos, como si no me perteneciera o, más bien, como si yo no (le) perteneciera a ella. Mañana me acerco por el ayuntamiento para asegurarme de que sigo empadronado
Nunca la había mirado -visto, imaginado...- así. 


@asternavas

#comounturista

9 comentarios:

  1. Aster, esta entrada huele a vacaciones.
    Con esta excursión has visto lo mejor de nuestra villa como es, un marco incomparable del que disfrutar. A las fotos me remito.

    Tus pasos me han recordado este poema de Sergio Astorga:

    A veces esa calle y yo nos entendemos.
    Caminamos juntos entre sombras.
    De lo alto de los arboles
    baja ese frescor que identifico
    letra por letra.
    Las siluetas de la gente se enturbian
    y calladamente piso tus escalones
    que cubren el lomo antiguo de tu nombre.
    Al fondo, como un alma de fierro,
    un chafariz no vacila en derramar el agua.
    De repente,
    ese grito de gaviota
    me enturbia el día.

    Mañana volveré a bajarte
    porque sé de íntimo
    que tu y yo nos entendemos.

    Hoy, después de comprobar en el ayuntamiento si estás empadronado, y tras ese nuevo intento de entenderte con las calles de nuestra villa, acaso estaría bien que dieses otro salto, son ya muchos los turistas que vienen a experimentarlo:
    https://www.youtube.com/watch?v=VMhBLngm7xA

    Me ha encantado ver nuestra villa con los ojos de un turista camuflado.

    Un abrazo.

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    1. Gracias, Alicia. No conocía este hermoso poema de Sergio: es cierta esa complicidad que establecemos con nuestros espacios más cercanos; son nuestro lugar en un mudo cada día más inabarcable e incierto.
      Lo del gooming me pilla un pelín mayor -buenísimo el vídeo-. Me conformaré con el morbo de que nadie descubra que soy un turista camuflado;-)
      Un abrazo. Feliz descanso.

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  2. Fascinante tu propuesta de aparecer como un turista camuflado, pero yo la haría extensible a otros instantes de la vida. Por ejemplo, muchas veces les he preguntado a mis padres si no seré adoptado, y nunca me quedo convencido con su respuesta. En otras ocasiones, he interrogado a mis hijos sobre su padre, y me han contestado sin dudar que lo adoptaron.
    Como no entiendo nada, me tomo unas vacaciones virtuales. Hasta pronto, amigos de la Nieve, el mejor espacio para encontrar la identidad.

    Un abrazo.

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    1. La literatura, José Antonio, siempre se basa en el extrañamiento.
      Buena vuelta de tuerca al post.
      Un abrazo.

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  3. Sí, a mí también me parece fascinante en todos los sentidos. Bravo.
    Un abrazo.

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  4. Esta entrada me recuerda esa insaciable capacidad infantil de ver el mundo desde diferentes perspectivas. Espero que sigas experimentando con el mismo desparpajo; la infancia debería ser imperdible, o contagiosa.

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  5. Será una nimiedad, pero tu idea, tu experimento, me parece tan liminoso y deslumbrante como una Nova. Me la copio (si no hay derechos de autor por medio). Ha sido un placer leerte.

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    1. Gracias, Diego. Deberías hacer la prueba.
      Bienvenido a la nieve.

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