YA EN LA CALLE LA ÚLTIMA EDICIÓN DE LA NEVERA, EL LIBRO ABIERTO EN EL QUE PUEDES PARTICIPAR.

jueves, 5 de junio de 2014

Cápsulas del tiempo



Encuentro en un libro de la Biblioteca Municipal -Henning Mankell, El perro que corría hacia una estrella- una cuartilla con la siguiente anotación escrita atropelladamente: 23/04/2013, 12:30 Dr. Castaños.
Durante los segundos en que sostengo ese improvisado marcapáginas en la mano pienso en esa curiosa tangencia entre el mundo real y el imaginario que ese trozo de papel provoca en la página 153 del volumen.
En fin -me digo.


Hablando de libros: ya está disponible la última edición de La Nevera. Gracias a todos los que os habéis sumado a este libro abierto: Antonio Molina Medina, Kat Niet y José Marcelo García Jiménez.





5 comentarios:

  1. Has retratado un suceso que, por ser muy común, a veces pasamos por alto.
    Un libro es una buena cápsula del tiempo y, un buen observador, un tesoro para los lectores de su blog.

    Un abrazo.

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    1. Gracias, Esther. Todos hemos encontrado y dejado huellas en los libros de papel. Son sorpresas, tesoros, que nunca nos ofrecerá un ebook.
      Un saludo.

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  2. Me recuerdas, Aster, esos años universitarios en los que llenaba mis libros de hojas, flores y algún que otro poema. Me pregunto si ese doctor Castaños de la nota le dio buenas o malas noticias a nuestro descuidado lector. Si fue el principio del infierno o del alivio. O si, en aquella cita, le reveló que sabía, desde hacía meses, que era el amante de su mujer.

    Un abrazo.

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    1. Gracias, José Antonio. Es un placer abrir esos libros que manejábamos hace años y sorprender en ellos instantes de aquella época. Esas páginas nos permiten hacer un doble viaje.
      ¡Qué buenos los finales que propones! Siempre le das una vuelta de tuerca al relato.
      Un abrazo.

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    2. Aster, por ampliar el marco del tipo de libros que pueden ser capsulas del tiempo, me has recordado que aún tengo guardados libros de texto de los principios de dar clases en castellano. O sea, de casi hace treinta años. Hice un intento de deshacerme de ellos cuando todas mis horas docentes fueron en euskera. No sé si la nostalgia de esos primeros momentos de ilusión, de juventud, de mezcla de tantas nuevas experiencias, hicieron que el intento fuera fallido. De vez en cuando me encuentro con ellos y les recuerdo que no se acomoden demasiado pues tienen las horas ya contadas antes de ir a una confortable biblioteca. Antes de que eso ocurra, los revisaré uno por uno. Estoy segura que trazadas a lápiz y en pequeñas notas habrá pinceladas diseñando algo que seguro que querré volver a recordar. Gracias por este aviso.

      Un abrazo.

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