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lunes, 20 de junio de 2016

NOCHE BLANCA 2016

Con el lema BILBAO, UN LUGAR PARA VIVIR de nuevo teníamos la oportunidad de disfrutar de la Noche Blanca de la mano de la Fundación Bilbao 700. 
En el mundo moderno la mayoría de la población se concentra en núcleos urbanos. Así, hay ciudades predispuestas a la actividad febril de los negocios, otras denominadas ciudades dormitorio, donde las avenidas permanecen vacías durante las horas de luz. Bilbao fue hace tiempo una abigarrada concentración financiera e industrial.
Pero ahora las cosas han cambiado mucho: se ha convertido en una ciudad para vivir.
Las ciudades para vivir tienen un tamaño humano, se recorren a pie, y conversando. La Noche Blanca 2016 ha sido una espléndida oportunidad para pasear —y conversar— a lo largo de un camino de luz y de sonido, lleno de sugerencias e impresiones. La excusa perfecta para vivir la noche en una ciudad singular en su pluralidad. Una hermosa sinfonía de ciudad. 

Cuando llegamos a Bilbao aún era de día pero ya había indicios de parte de lo que se avecinaba por la noche, una alineación de farolas colgadas del Puente del Arenal. De momento a la espera de de vestirse de colores en la intimidad de la noche.
Procedía hacer fila en el Museo Vasco para disfrutar de un espectáculo en el que los seres mitológicos de Euskal Herria iban a salir de sus rincones.
Mientras se iba llenando el aforo, un ser encapuchado nos hacía entrega a todos los asistentes de una piedra.
Las piedras nos ayudan a canalizar mejor la energía. Si hay algo negativo a nuestro alrededor nos protegen y si es algo que proviene de nuestro interior, nos ayudan a transformarlo en algo positivo.
Comenzado el acto, todos los seres mitológicos vinieron acompañados del prehistórico Mikeldi para celebrar la Noche Blanca.
No faltó Mari, la Dama del Anboto. Asimismo aparecieron Basajaun, Lamia, Herensuge,...
 
 
Fue un verdadero disfrute escuchar las narraciones y fábulas de dichos seres así como conocer las historias más ancestrales de Vasconía. Entre los actores, Iñaki Urrutia, al que pudimos disfrutar con la obra Versos presos en el 2010 como homenaje a Miguel Hernández en el centenario de su nacimiento.
A continuación, en el Palacio Foral vimos una instalación participativa, que a través de una maqueta permitía interactuar con el edificio. 
Llegando a la Plaza Elíptica pudimos observar una instalación de lámparas en torno a la fuente. La lluvia, aunque lo intentó, no empañó la noche. Habíamos ido pertrechados como en los peores días del invierno y con paraguas en mano.
 
En la Plaza de Euskadi, un espacio inundado de globos flotantes que bailaban al son de la música sorprendió a todos los concurrentes.
En el Bizkaia Aretoa de la Universida del País Vasco disfrutamos de una creación plástica diseñada por estudiantes. Un sugerente juego de relaciones y contrastes entre dos paredes y 100 luces.
Nuestro recorrido acabó en los entornos del Museo Marítimo. Allí se encuentra Carola, la grúa de los astilleros Euskalduna. Su nombre se debe a aquella hermosa joven que cruzaba la Ría en bote desde Deusto para ir a trabajar. Los obreros hacían sonar las sirenas a su paso. 
Carola fue vestida de gala para una noche tan especial. 
Muchas más actividades y luces inundaron un Bilbao radiante. Pero el cuerpo llega a donde llega y tras comprobar qué había pasado con aquellas farolas colgantes que nos recibieron al llegar, nos retiramos en busca de un merecido descanso.

6 comentarios:

  1. Una ciudad para sus ciudadanos, es maravilloso, mágico. Con raíces, pero sin conservadurismos, sevicial, mas no servil. Bilbao parece un buen lugar para vivir.

    Un abrazo.

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  2. Esther, Bilbao hoy más que nunca es una ciudad de contrastes. Pero sin duda ciudad que ha sabido conjugar perfectamente el verbo evolucionar.
    Tiempos atrás era una ciudad de muchos grises, contaminada, como consecuencia de la industria. Hoy día a día se va convirtiendo en un mosaico multicolor y modernidad.
    Con todo, te diré que me encantan las escapadas a Bilbao pero no tengo muy claro que me trasladaría a vivir allí.

    Un abrazo.

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  3. Y otro año que me lo perdí :-( Menos mal que te tenemos a ti que conjugas y exprimes las horas como la que mas.

    Gracias por traernos la magia y las luces de la noche blanca. Voy ahora mismo a buscar una piedra.

    Besos y un fuerte abrazo, gran reportera.

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    Respuestas
    1. Mari Carmen, es difícil conjugar bien el verbo gestionar, sobre todo cuando hablamos de tiempo. Al final conseguimos robarle unas horillas al sueño para disfrutar de nuevo de una noche distinta. Con programa y reloj en mano, he de decir que es imposible poder ser testigo de todas las actividades, al menos de las que no son al aire libre.

      Ojalá que en una próxima ocasión puedas ir a este evento. Esto solo han sido unas pinceladas de lo que allí ocurrió.

      Un abrazo.

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  4. Una maravillosa noche blanca llena de color. Es un gusto ver la ciudad tan viva, y un auténtico placer que nos la muestres con tanto arte. Gracias, Alicia, una vez más, por esta estupenda crónica.

    Un abrazo.

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  5. Gracias, Alicia por traernos la magia de esa noche única en Bilbao que se viene repitiendo, por fortuna, en los últimos años. Esta edición me la perdí por estar lejos, pero de tu mano he podido vivirla con emoción.

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