Se le conocía como gran escritor y mejor persona. Políticamente comprometido y con una gran sensibilidad por llevar la cultura a los más necesitados le llevó a crear, junto a algunos amigos, la editorial " LibroPueblo" con la que publicó una colección de relatos cortos y cuentos a precios populares que solo cubrían los costes de la edición.
Tras de sí ha dejado más de una
veintena de libros, una mayoría de ellos enclavados en escenarios próximos a su querido
Getxo, así como innumerables premios. El último, el Premio Euskadi de Literatura
2013. Tiempos atrás se había hecho con el Nadal así como con el Premio Nacional
de Narrativa y el Premio de la Crítica.
Compañeros de este foro La nieve tuvimos la
oportunidad de disfrutar de sus palabras en una mesa redonda sobre el género
negro, junto a Fran Santana, Jon Arretxe y José Javier Abásolo, en la pasada Fería del Libro Bilbaina.
Para él, la costa, y en especial su
playa de Arrigúnaga, era como el paraíso, extendía los brazos y no chocaba con
nadie. En la playa descubrió lo que era la libertad. Por cierto que pronto aparecerá en las librerías su obra póstuma, "Cadáveres en la Playa". Cuando se recogía en su hogar,
próximo a dicha playa, lo sentía como otra percha para colgar recuerdos. Y eso
es lo que nos queda de él en este hogar nevado, depositar su recuerdo así como sus legados literario y humano.
Su muerte me ha impresionado y me ha pillado desprevenida, sobre todos porque se ha ido ahora que —me da vergüenza reconocerlo— le había descubrirlo. Cuando estuvimos en la mesa redonda, me impresionó su lucidez, su claridad de ideas en cuanto a la Literatura y escritura, que no deja de ser una actitud y modo de vida.
ResponderEliminarRamiro Pinilla, goian bego.
Mari Carmen, yo sentí lo mismo que tú. Aparte de sus ideas en cuanto a la Literatura y a cómo concebía y desarrollaba su obra, fue muy grato descubrir que la inmensidad del mar le producía las mismas sensaciones que a mí, que la playa le hacía sentir libre, que paseaba tanto por esa Galea tan suya por la que nosotros también dejamos muy a menudo nuestro estrés diario, que también le había seducido esa imagen desafiante del molino de Aixerrota, que empatizaba tanto con los más humildes, acaso en agradecimiento por lo bien que le había ido a él a pesar de la presión que recibió en la época franquista-era tan rojo como la sangre que recorría sus venas-. En fin. Que sí, que acaso llegamos a conocerle al límite de su vida, entre otras cosas porque huía de esos grandes circuitos comerciales, pero le conocimos. Y lo mejor, no le olvidaremos.
EliminarUn abrazo.
Alicia, agradezco que nos hayas acercado la vida de Ramiro Pinilla, porque de este modo parece que no hay pérdida. Es triste que se nos vayan los grandes, pero lo cierto es que tenemos toda una generación de intelecturales en constante despedida. Al menos a vosotras os queda el bonito recuerdo de esa mesa redonda, y a todos los lectores su obra. Descanse en paz.
ResponderEliminarUn abrazo.
Efectivamente, Maribel. Muchos de esos grandes intelectuales que dejan huella se han ido y se seguirán yendo. Es ley de vida. Ramiro Pinilla vivió y se marchó sin hacer mucho ruido pero con buenas obras tanto literarias como humanas dejando un legado aún por descubrir para muchos de nosotros.
ResponderEliminarUn abrazo.
En fin, Alicia.
ResponderEliminarAl hablar de Ramiro Pinilla me viene la imagen de sus folios manuscritos, corregidos una y otra vez. Letra cursiva, sólida. Me gusta cómo "escribía" y cómo "escribe".
Oportuno homenaje, compañera.
Aster, espero ir saldando la deuda de no haber conocido suficientemente a Ramiro y su obra mientras él estaba entre nosotros. Este pequeño homenaje no deja de ser el primer plazo del pago de la misma.
EliminarUn abrazo.
Yo también he sentido esa libertad del mar muchas veces, como si aferrarse a las tribulaciones de este mundo fuera una solemne soplapollez. Gracias a ti, Alicia, la marea trae a un autor que no conozco aún. Estoy seguro de que no olvidaré su nombre, y en algún momento se comunicará conmigo a través de la lectura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jose, al igual que él, siempre me he sentido afortunada por tener tan cerca la inmensidad del mar.
EliminarSeguro que sus libros seguirán viajando por tierra, mar y aire. Algún día acaso se comunique contigo. Es un lujo poder hablar de un escritor que llegó a ser profeta en su tierra-le concedieron dos años el Premio Euskadi de Literatura-.
Un abrazo.